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RAYO VALLECANO 3 - CADIZ 0

Un 'derbi de hermandad' sin apenas historia

Los de Sandoval fueron muy superiores a un Cádiz que apenas inquietó a Toño

Escrito por Domingo, 02 Octubre 2016

    El Rayo Vallecano logró una holgada victoria ante un Cádiz que en Vallecas fue un equipo pobre y sin apenas espíritu competitivo. El regreso de Miku sería uno de los momentos álgidos de un partido sin historia en lo futbolístico.

    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (3): Toño, Galán, Rat, Amaya (A), Zé Castro, Cristaldo, Trashorras, Comesaña (Miku, minuto 62) (A), Embarba (Alex Moreno, minuto 49), Lass (Piti, minuto 75) y Manucho.

    Cádiz C.F. (0): Alberto, Carpio (Santamaría, minuto 62), Brian, Servando, Aridane, Eddy (Jose Mari, minuto 68), Abdullah, Nico, Mantecón (Cruz, minuto 52), Salvi y Ortuño.

    Arbitro: Cordero Vega. Colegio cántabro.

    Goles: 1-0. Minuto 12. Embarba; 2-0. Minuto 63. Alex Moreno; 3-0. Minuto 75. Miku

    El Rayo de hoy sí se pareció al equipo que se espera, dejando el 'derbi' para sus aficionados, que disfrutaron de una auténtica jornada festiva en Vallecas. El Rayo descubrió el camino que todavía no ha encontrado lejos del viejo Estadio de Vallecas, dejando, una semana más, la portería a cero, y acompañando a la victoria de un fútbol que se acercó al de épocas pasadas y que llevó a una victoria cómoda y amplia ante el 'hermano' Cádiz. Los gaditanos, flojos en defensa pero más en el centro del campo, fueron incapaces de inquietar a un Rayo que pareció un transatlántico arrollando a un velero sin timonel ni tripulación. Así lo debió vivir Alvaro Cervera desde la banda y así lo sufrieron los muchos aficionados andaluces desplazados hasta su segunda casa y que vieron cómo el 'Rayito' les pasaba literalmente por encima.

    Con un equipo de circunstancias por las lesiones de hombres vitales en el entramado futbolístico franjirrojo, Sandoval se las apañó para dar con la tecla que tanto está costando encontrar. Para conseguirlo acompañó a Trashorras con un voluntarioso Cristaldo que, sobre todo en la primera mitad, se ofreció, dio alternativas y provocó desequilibrio en un centro del campo en el que el Cádiz siempre estuvo en desventaja. Para completar el triángulo Comesaña se metió entre líneas y descargó juego hacia los dos costados en los que Embarba y Lass fueron las alas que hicieron volar al Rayo por encima del cuadro andaluz. Las explosivas acciones de ambos extremos desequilibraron un choque que, desde el primer minuto y hasta el final, solo tuvo un color, al menos en el terreno de juego (lo de la grada fue un espectáculo de luz y sonido propio de las mejores puestas en escena de Vallecas, algo de aplaudir en estos tiempos). Con Manucho incordiando a la defensa, lo de culminar las acciones de ataque es otro cantar, y con la defensa bien plantada para ahogar las tímidas llegadas de los hombres de arriba del Cádiz, el puzzle estaba completo y preparado para ofrecernos la mejor imagen del Rayo en lo que va de temporada. Ante el Getafe hubo algún momento de fútbol, en Miranda también se pudieron ver ciertos destellos de llegada por banda y centros laterales, pero hoy hubo más fútbol total, mayor control en todas las acciones, superioridad en los uno contra uno y remates con gol, que al final es lo que cuenta. Si, además, juega Miku, se lleva la 'bronca' del siglo y se le ocurre marcar un gol, la fiesta se puede dar por completa.

    El partido arrancó bien para los franjirrojos que, pese a desperdiciar un penalti mal lanzado por Embarba antes de cumplirse los primeros diez minutos de juego, supieron resarcirse tras una excelente acción personal de Lass, culminada por el propio Embarba en boca de gol. El azudense se recuperaba del palo del penalti y ponía en ventaja a los vallecanos. Lass seguía a lo suyo, percutiendo una y otra vez por banda, mientras Trashorras volvía a recuperar buena parte del protagonismo perdido a lo largo de este complicado inicio de temporada para el gallego. Cristaldo suplía sus funciones de conducción desde atrás y Comesaña complementaba su trabajo unos metros más arriba. Una combinación perfecta de la que se aprovecharon todos sus compañeros. Lass tuvo más atrevimiento de cara a portería contraria de lo que en él es habitual, aunque con la misma fortuna de siempre, mientras Vallecas se convertía en esa caldera que termina por consumir al que pone su pie en ella, sea amigo o enemigo. Hoy el Rayo no tuvo piedad.

    Antes del descanso, Manucho ofreció una nueva exhibición de derroche físico en la presión sobre la salida del balón de un Cádiz que sufría sobremanera cuando los franjirrojos apretaban los intentos de triangulación del conjunto de Alvaro, que no encontró soluciones al despliegue de entrega y trabajo colectivo de los de Sandoval, que aprovecharon la segunda mitad para terminar de finiquitar un duelo sin historia entre dos equipos que, por lo visto hoy, deberían luchar por objetivos totalmente opuestos.

    Miku: bronca, asistencia y gol

    Con el segundo acto empezaron a sucederse varios acontecimientos 'paralelos' al espectáculo futbolístico. El primero tendría como protagonista a un Adrián Embarba que fue duda durante la semana y que terminó pagando sus ganas por jugar con una lesión en el isquio que quedará pendiente de valoración por los servicios médicos del club vallecano. Su salida, lejos de debilitar el ataque franjirrojo, sirvió para revitalizar al Rayo con la entrada de un Alex Moreno que buscó el desborde y que finalizó jugadas con la intención de seguir aumentando su aportación al grupo. Entre su primer intento, que se marchó cerca de la escuadra, y el segundo, que finalizó en gol, Vallecas vivió un momento esperpéntico y nada habitual en los últimos tiempos. La entrada del venezolano Miku fue recibida con una atronadora pitada, similar a la que hace unos meses recibían los Cristianos o Messis de turno. Así está el patio por estos lares. Eso sí, por encima de todo, la salida de Miku fue el último empujón que necesitaba un ataque limitado a los intentos sin acierto de un Manucho luchador y constante en el esfuerzo, pero muy limitado en sus acciones de cara a portería. El primer balón que tocó Miku fue para dar el pase que aprovechó Alex Moreno para hacer el 2-0 y el segundo para que el propio jugador venezolano hiciera el tercero a la salida de un córner.

    Así finalizó la fiesta de Vallecas, que empezó muchas horas antes en los alrededores del estadio, con dos aficiones acostumbradas a vivirlas juntos, y que acabó con los locales disfrutando a lo grande y los visitantes emprendiendo el camino de vuelta a casa 'rumiando' una derrota que pone a cada cual en su sitio. 

     

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