Opinión. Imaginemos por un momento que los presentes ayer en la sala de prensa del Estadio de Vallecas estuvieran allí por casualidad, que tras dar un paseo por el barrio (totalmente recomendable), de alguna manera acabaron en dicho lugar sin saber cómo ni por qué. Imaginemos por un momento que los que estábamos allí no habíamos visto ni oído nada relacionado con el partido que apenas unos minutos antes había finalizado y que, por supuesto, no teníamos información alguna de cómo se las gasta este Rayo Vallecano. Solo así, lo vivido ayer en la sala de prensa del estadio vallecano hubiese cobrado sentido, porque de otra manera es imposible explicar que lo que escuchamos tuviera algún parecido con la realidad.

Empecemos por el principio. Comparece Toril, entrenador del Elche, y se alegra del punto sumado en Vallecas, resaltando el buen partido de su equipo y afirmando que superaron claramente al Rayo en la primera mitad. Hasta ahí todo normal, nada o poco que destacar. De repente, algo pasó en la sala de prensa y el discurso de Toril se convirtió en una serie de frases que pocos pudimos entender, ni mucho menos explicar. Primero criticó la actuación arbitral, que supuestamente les había perjudicado, algo de lo que también se quejarían los locales, pero después llegaría la 'traca final". El entrenador del Elche, quiero entender que para dar mayor valor al punto sumado en Vallecas y no por desconocimiento de lo que realmente se está viviendo aquí, afirmó que "hemos sumado en el campo de un gran rival. Este es el rival más poderoso de Segunda División". No sé si se refería a poderoso económicamente, a poderoso en el ambiente de su estadio o a qué, pero decir que el actual Rayo es el equipo más "poderoso", dista mucho de acercarse ni en lo más mínimo a la situación que atraviesa este equipo en particular y este club en general.

Después llegaría el entrenador local, que también dejaría algunas "perlas" que sorprenden. Es cierto que el Rayo mejoró en parte en la segunda mitad y que mostró algo más de interés por buscar el empate, pero decir que eso es lo que se busca en los noventa minutos, a mí se me queda corto. Conformarse con poco no lleva lejos, aunque es cierto que buscar mucho te aleja más todavía de la realidad. Otro momento interesante sería cuando Baraja valoró el papel de la afición. El técnico aplaudió el apoyo de la grada, afirmando que "hoy la gente ha estado brutal con el equipo, empujando muchísimo, y la segunda parte cuando hemos jugado en este fondo ha sido bestial la sensación de apoyo y eso es algo que hay que cuidar muchísimo". Vale, estamos de acuerdo en que los seguidores del fondo no dejaron de animar y que apretaron como siempre en todo momento, pero a Baraja se le olvida que al descanso gran parte de la afición abucheó a su equipo y mostró su descontento,  incluyéndole a él, por supuesto. Y esa es también una opinión muy importante de la afición.

Pero lo mejor de la tarde por parte local, en una sala de prensa en la que nadie sabe qué pudo pasar para escuchar ciertas cosas, fue cuando Baraja afirmó, tras cinco partidos consecutivos sin ganar, con tres puntos de quince posibles y con dos empates seguidos en casa, que "el equipo hace cosas bien, no ganamos pero tampoco perdemos, en situaciones límite. Influye ponerte en contra en casa". Oir para creer.

Pongamos que los presentes no sabíamos nada del partido. Solo de esta manera lo dicho allí podría haber tenido sentido, de lo contrario... algo raro pasó anoche en Vallecas.