El final de la temporada en casa para el Rayo reflejó la tónica general de un año marcado por las decepciones y los sinsabores. El duelo ante el Córdoba, importante para los andaluces e intrascendente para los vallecanos, no aportó nada nuevo para los locales, aunque sí para los cordobeses, que con la victoria de hoy en Vallecas certifican su salvación una temporada más en Segunda División. Míchel quiso ganar el partido confiando en sus hombres, en el bloque que le ha reportado más éxitos que fracasos, los que le han ayudado a salvar una situación que, pese a sus intenciones, no será tan holgada como le hubiera gustado.

El partido arrancó para el Rayo con unos bríos casi desconocidos. Baena se metió en el área rival con suma facilidad y las constantes llegadas del Rayo en los minutos iniciales hacían presagiar un desenlace diferente al que finalmente se produjo. Los vallecanos dominaban la situación, recuperaban el balón con relativa facilidad y generaban ocasiones de peligro con más sencillez todavía. Todo fuera de lo normal.

El explosivo inicio de partido local se vio recompensado con el 1-0 logrado por Baena en el minuto 5, aunque rápidamente y, sin apenas esfuerzo, los andaluces nivelaban el choque en el 11, merced al tanto anotado por Javi Galán. El partido volvía a su estado inicial, pero lo hacía con una notable diferencia, el efecto gaseoso del Rayo se había pasado y las cosas ya no volverían a suceder al mismo ritmo que hasta entonces. Javi Galán de nuevo gozó de una gran ocasión para poner el partido de cara para los suyos, pero su remate, completamente solo, se terminó estrellando contra el larguero de la portería de Gazzaniga.

La segunda mitad continuó con el mismo ritmo cansino vivido hasta ese momento, cediendo protagonismo a la ebullición de la grada. Los gritos contra el presidente Martín Presa fueron 'in crescendo', con algún momento de tensión fruto de la actuación de los encargados de seguridad al intentar retirar del graderío una pancarta en la que podía leerse: "Presa vete ya". Así, con los cánticos de la grada contra el dueño del Rayo, se fueron consumiendo los minutos de un partido que había perdido todo el brillo y buena parte del interés futbolístico. Alex Moreno realizó una buena acción individual, pero su centro no encontró rematador, agotando las escasas opciones de un Rayo que también lo intentaría a balón parado, sin mejor suerte. Por su parte, Alfaro acertaba para lograr el 1-2 en el minuto 58, certificando la victoria y la salvación para un Córdoba que fue más práctico e inteligente que un Rayo que volvió a sus orígenes de falta de pegada.