Ya sé que me diréis que el estadio es propiedad de la Comunidad de Madrid y responsable de su buen estado; y que el Ayuntamiento de Madrid también podía haberlo clausurado desde hace años por no superar la ITE. Pero la decisión última de jugar cada 15 días en un estadio cada vez en peor estado solo corresponde a una única persona.

 

El presidente del Rayo se convirtió en máximo accionista del club hace casi una década. Todos sabemos de sobra las sombras y las sospechas que despertó esa compra. Sombras y sospechas que intentó minimizar presumiendo de pasado rayista, de presencia en Irún, de número de carnet y de sentimiento franjirojo. Un discurso que no hay por donde cogerlo: un rayista de verdad, de corazón, una persona con una mínima empatía hacia los aficionados del Rayo, ¿habría permitido tener el estadio en ese estado? Ni mantenimiento, ni higiene, ni seguridad, ni nada...

 

A juzgar por lo que pasó en la tarde de ayer, 11.719 personas (según la asistencia oficial) se jugaron la vida hace una semana asistiendo al Rayo Vallecano - Sevilla. Pero es que esta situación se viene repitiendo desde que tengo memoria. En dos décadas ningún presidente del Rayo ha hecho nada por cuidar el punto de reunión de nuestros sueños. En 8 años, Martín Presa no ha movido ni un dedo salvo para intentar comprar la propiedad a precio de ganga, quién sabe con qué intención. Rayistas de 1 año y rayistas de 90 han sufrido esta dejadez y denunciado cada semana la inseguridad e insalubridad del 'Nuevo Estadio de Vallecas' (curioso nombre). Pero hasta que no se ha rozado la tragedia, aquí a nadie le ha importado.

 

Escribía mi compañero Miguel Ángel Tejeda un artículo hace una semana preguntando a los responsables directos de la Comunidad si el estadio era seguro. Hoy parece claro que la respuesta es 'no', por mucho que se esfuercen en asegurar que sí lo es en un comunicado. Porque nos habían asegurado que los trabajos finales se iban a compatibilizar con la temporada y ahora han cambiado el criterio. Es decir, no quieren correr el riesgo que sí corrieron hace siete días.

 

No ha sido decisión de Presa. No ha sido decisión de Tebas. Ha sido el miedo a un nuevo escándalo político con posibles víctimas lo que ha provocado que el partido detrás de la Comunidad de Madrid haya clausurado el estadio. Si tan rayista eres, ¿por qué han tenido que venir desde fuera a proteger la vida de tus 'compañeros' de grada?

 

La respuesta es más que obvia: a  Presa no le importas tú, ni yo, ni tu hijo, ni el padre o el abuelo que te llevó al estadio por primera vez. Raúl Santiago Martín Presa no es del Rayo Vallecano. Si lo fuera no permitiría tener el estadio y los cuartos de baño como los tiene. Si lo fuera no permitiría que la evacuación de espectadores se viera afectada por andamios y material de obra. Si lo fuera no permitiría que un menor cayera por el hueco de una barandilla y nadie del club se interesara por su salud ni pidiera disculpas. Si lo fuera no habría malgastado el dinero del Rayo en una chorrada de equipo en Oklahoma. Y si lo fuera, habría dedicado una pequeña parte de los centenares de millones de euros que ha ingresado (ingresos de TV por 6 años en primera y ayuda al descenso; ventas de Baptistao, Uche, Coke, Fran Beltrán, Lucas Pérez; ingresos de venta de abonos y entradas...) en mantener el estadio (y la Ciudad Deportiva) lo más decente posible. Porque a cualquier rayista le gusta sentirse cómodo en su estadio y poder presumir de él.

 

Podría estar horas y horas escribiendo sobre lo que Presa no ha hecho y debería. O sobre el perjuicio que para los aficionados del Athletic de Bilbao supone el aplazamiento (cancelación de viaje, hotel...). Pero la verdad es que me preocupa bastante más lo que pueda pasar a partir de ahora. Los rayistas ya sabemos lo que tenemos en el palco. Por Vigo hace algunas semanas que también saben las joyas que pueden salir de su boca. Y ahora que los medios generalistas han puesto el foco en este caso (les ha costado 8 años), buena parte de España y del extranjero que siguen la Liga saben cómo se gestiona el Rayo.

 

Empieza ahora un periodo de incertidumbre: ¿se aplazarán más partidos? ¿Cambiará el calendario el Rayo? ¿Se jugará en otro estadio o se atreverán con la charlotada de jugar a puerta cerrada? Siendo sincero con vosotros, la verdad es que no me importa. Cuando tu vida está en riesgo de forma tan evidente, el fútbol pasa a un segundo plano.

 

Y si acaso esperabas que alguien fuera a dimitir, aquí están las primeras declaraciones (en los micros de Cadena Cope) sobre el estado del estadio del que para mí es el único culpable: "La hierba no crece entre butacas. Todos los asientos se limpian en cada partido y están en condiciones. Los urinarios están en perfecto estado antes de empezar el partido. Se pueden manchar y atrancar con la finalidad de sacar una foto. Son  baños antiguos, pero están limpios y en condiciones de uso". Es decir, la culpa de que tu asiento esté lleno de mierda de paloma jornada tras jornada es tuya. Y la culpa de que tu hijo se caiga por el hueco de una valla, pues también.

 

El hecho de que 3/4 partes del estadio muestre su hartazgo cada semana cantando "Presa ¡vete ya!" no tiene nada que ver. Ni que más de 1000 personas hayan formado una plataforma para denunciar tus presuntas tropelías económicas. Ni que toda la prensa que sigue día a día al Rayo hable de la deficiente estructura institucional del club, con vetos a algunos de ellos. Todos están equivocados, Comunidad de Madrid incluida, menos el único culpable. Tal vez si su familia, en lugar de estar en el palco, hubiera estado en la grada que cimbreaba, la cosa cambiaría. O tal vez no, vete a saber. De Raúl Santiago Martín Presa ya no sabe uno que esperar.