Opinión. Ha llegado la enésima final, el enésimo asalto a vida o muerte, la enésima embestida de una Primera División que nos ha pillado desprevenidos a todos y que está a punto de devolvernos a Segunda sin habernos dado apenas tiempo a saborear lo que supone estar en la élite del fútbol español una vez más. El inicio ha sido mucho peor del esperado, lo confieso. No esperábamos que nos cerraran el estadio, no esperábamos que nos golearan Sevilla y Alavés, no esperábamos estar cerca de derrotar a Atlético, Barcelona o Real Madrid y no poder hacerlo, no esperábamos estar penúltimos y, para algunos, casi desahuciados a mitad de liga. Pero la realidad es esta y tenemos que afrontarla.

Llegan las navidades, llega el cambio de año y el domingo llega un Levante que bien podría suponer encontrar la llave para ese cambio que Vallecas espera, que Vallecas necesita. Todos queremos ver cómo Trejo demuestra que su nivel superlativo en Segunda es un nivel alto y notable en Primera, todos queremos ver que los goles prometidos por De Tomás, no son solo promesas y sí realidades que supongan puntos, todos queremos ver que el velocista peruano no solo corre, sino que también hace muchas más cosas... todos queremos ver la mejor versión de una plantilla que no esperábamos estuviera tan abajo a estas alturas de campeonato.

Sé que no tengo ningún derecho a pediros nada. Lo hago con la máxima humildad posible, sintiéndome uno más de esa grada, sintiéndome partícipe de tantos kilómetros recorridos para animar a la franja -desde la peor etapa del club en Segunda División B hasta la actualidad-, sintiéndome parte activa de un potencial que no se encuentra igual en ningún otro sitio. Sé que no tengo ningún derecho a pediros que el domingo animemos como el día del Lugo hace algunos meses, o como el día de Anoeta hace algunos más, o como el día del Tamudazo o el del ascenso ante el Xerez, o el del ascenso ante el Zamora... sé que no tengo ningún derecho y os pido perdón por, pese a todo, pedíroslo directamente. El domingo ante el Levante, Vallecas tiene que marcar los dos primeros goles, el resto se los dejamos a Trejo, De Tomás, Embarba y compañía. Vallecas debe dar el primer paso, debe romper el hielo, debe olvidarse de la clasificación, debe ser ese lugar de ensueño al que da gusto ir, ese sitio en el que el ambiente futbolístico destroza los aires de grandeza de Tebas y su liga, ese lugar donde todo es distinto. Vallecas debe entonar las canciones de Bukaneros, debe 'afilar sus cuchillos', debe hacer temblar al equipo levantino desde horas antes del inicio del partido.

El domingo nos jugamos mucho, todos. El equipo se la juega, Míchel se la juega, nosotros nos la jugamos, tú te la juegas... y estoy seguro de que Vallecas no fallará, Vallecas no faltará a su cita. Habrá tifo, y eso ya es algo significativo, pero sobre todo habrá miles de gargantas preparadas para llevar al Rayo a una victoria que nos haga despertar del letargo, que nos haga sentir importantes, que nos haga felices. Vallecas necesita al Rayo, el Rayo necesita a Vallecas. Rayistas, ¡¡vuelve a llegar nuestra hora!!