Por si eso fuera poco, el choque ante el Eibar era el octavo partido como local de los franjirrojos que no habían estrenado aún el casillero de victorias frente a su hinchada. Es cierto que apenas nos separaban 6 puntos de la salvación, pero estábamos a 10 del Valladolid, a 11 de Eibar o Levante, a 13 del Girona... La clasificación nos daba por desahuciados y cundía el desánimo en el rayismo.
Pero ese 30 de noviembre la dinámica del Rayo Vallecano iba a cambiar para invitar a su afición a creer en la permanencia. El solitario gol de Embarba cambió también la mentalidad de un equipo al que le temblaban las piernas cada vez que el rival cruzaba el centro del campo. Portería a 0, máxima efectividad en ataque y esa pizca de suerte o de competitividad que nos había faltado frente al Athletic, al Atlético, al Alavés o al Barcelona.
Si dividimos la actual temporada en dos bloques iguales (de la jornada 1 a la 11 y de la 12 a la 22) la reacción del conjunto franjirrojo no es algo subjetivo, sino que las estadísticas invitan a creer en la permanencia. De 12 goles anotados hemos pasado a 26; y de 23 goles encajados nos hemos ido a 36. De 0 victorias como locales hemos pasado a 3; y hemos duplicado la única victoria fuera de casa en el primer tramo de liga con sendos 0-1 en Valladolid y Vitoria. ¿Por qué no seguir la racha frente a un Espanyol 'tocado'?
Hemos recortado puntos a todos los rivales de nuestra liga teniendo a Leganés, Girona, Espanyol, Celta de Vigo, Valladolid... a un solo partido de distancia. Por Vallecas aún tiene que pasar Huesca, Girona, Valladolid, Valencia o Betis que no están salvados, ni mucho menos. ¿Y por qué no soñar con una machada frente a Atlético o Real Madrid como estuvimos cerca de lograr frente al Barcelona? Estos equipos llegarán con la cabeza puesta en finales de Copa o Champions y en la mente de todo el rayismo suena la palabra 'matagigantes'.
Como ya he dicho, el Rayo ahora marca más con un RdT más decisivo (9 goles) y encaja menos con una defensa de 5 y un Dimitrievski que dan puntos al equipo. De medio campo hacia arriba todos los jugadores habituales han anotado: Comesaña, Imbula, Medrán, Pozo, Bebé, Álvaro García, Embarba, Raúl de Tomás, Trejo y hasta Kakutá, jugador al que Míchel se ha propuesto recuperar personalmente y cuyo papel en la segunda vuelta puede ser un misterio y una sorpresa.
Solo 5 jugadores de la actual plantilla del Rayo superan los 30 años con una media de edad que no llega a los 25. ¿Falta de experiencia en primera? Quizás, pero también habrá mayor frescura y despliegue físico en el tramo final de la liga dónde todo se decide: las 10 últimas jornadas.
Con el corazón el rayismo siempre creyó en la permanencia. Ahora hay cifras para creerlo también con la cabeza.
