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RAYO 0 - AT. MADRID 1. Crónica

Griezmann nos deja helados

El Rayo jugó a buen nivel un partido que se desniveló por una aislada jugada rematada por el francés Griezmann

Escrito por Sábado, 16 Febrero 2019

    El Rayo Vallecano perdió ante el At. Madrid gracias a un solitario gol de Griezmann que deja a los franjirrojos con la sensación de haber merecido mucho más.

    Ficha técnica:

    R. Vallecano (0): Dimitrievski, Tito, Amat, Abdoulaye, Gálvez (Alvaro, minuto 75), Alex Moreno, Mario Suárez, Santi Comesaña, Embarba (Pozo, minuto 56), Trejo (Bebé, minuto 56) y Raúl de Tomás.

    At. Madrid (1): Oblak, Godin, Giménez, Filipe Luis, Arias, Saúl, Rodrigo (Savic, minuto 75), Vitolo (Lemar, minuto 60), Correa (Diego Costa, minuto 60), Griezmann y Morata. 

    Arbitro: Gil Manzano.

    Goles: 0-1. Minuto 74. Griezmann.


    RAYO 0 - AT. MADRID 1

    Lo que todos esperábamos fuese una fiesta de rayismo, otra demostración del poderío de la grada de Vallecas, otra muestra más del deseo de los franjirrojos por mantenerse en Primera División por encima de todos los intereses creados, el duelo ante uno de los grandes se transformó en otra jornada reivindicativa, de rabia contenida y, finalmente, de alegría cuando, lo que anunciaba a funeral, se transformó en una declaración de apoyo al equipo. Desconvocada la huelga de animación todo volvía a ser como siempre. Lo anímico superaba lo futbolístico y todo cambiaba de tono en la previa con la decisión de Bukaneros de retomar la fiesta de la grada.

    Así, con ese ambiente enardecido y con un estadio con una imagen inmejorable en el estado de su grada, se daba la bienvenida a otro de esos partidos que suelen encender todos los focos mediáticos de un país que parece vivir únicamente por y para equipos como el rojiblanco. La renovación del 'Cholo' Simeone, la vuelta a una convocatoria de Diego Costa, la baja de Koke, los goles de Griezmann contra el Rayo, las victorias logradas por los colchoneros en sus duelos con los vallecanos, la búsqueda del 'nueve' con Morata al frente,... ríos y ríos de tinta y teclado para dar lustre a un duelo que, una vez superado, volverá a apagar las luces de Vallecas para devolver a nuestro barrio y nuestro estadio casi al ostracismo de su papel secundario o terciario en esta liga en la que lo importante está claramente potenciado. El resto... compañía.

    En lo futbolístico, Míchel no podía contar con Imbula, lesionado en el partido de Cornellá y que no ha entrenado en toda la semana, ni con uno de los recién llegados, el mediocentro Agbo, que trabajó de manera alternativa al resto del grupo. En cambio, los vallecanos recuperaban a Trejo, tras cumplir partido de sanción en Cornellá, y añadían a los nuevos Mario Suárez y Di Santo, que ya estrenaron con la franjirroja en Barcelona. Enfrente, un Atlético dolido por la derrota ante el Madrid y el regreso de un agradecido Saúl Ñíguez, que recordó su paso por Vallecas en las redes sociales, intentaban frenar la esperada recuperación de un Rayo 'tocado' por sus derrotas con Leganés y Espanyol en los partidos anteriores.

    Míchel daba entrada a Mario Suárez en el centro del campo para suplir al lesionado Imbula y cambiaba la defensa con Gálvez por el sancionado Velázquez y Tito, que se incorporaba al lateral derecho como sorpresa de última hora. Con el mismo dibujo de siempre, con Comesaña en sala de máquinas y Trejo, Embarba y RDT arriba, el Rayo quería plantar cara a un Atleti que en la primera vuelta tuvo que echar mano de sus estrellas Oblak y Griezmann para superar a un voluntarioso Rayo.

    El partido estaba nivelado. El Rayo trabajaba bien en defensa y buscaba salir en velocidad con Embarba y RDT buscando las 'cosquillas' a la defensa del At. Madrid. Los del 'Cholo' intentaban imponerse por peso, y los franjirrojos, por todo lo contrario, por velocidad y ligereza ofensiva. Precisamente era en ataque donde el conjunto de Míchel mostraba más carencias, sin apenas inquietar a Oblak. La estrategia estaba clara. El balón para los colchoneros, esperar y aprovechar lo que llegara.

    La tuvo Embarba en el 25 tras una fulgurante salida franjirroja con pared en el centro del campo. El extremo se plantó solo ante Oblak y su tiro cruzado sería bien detenido por el cancerbero. Era el primer aviso de un Rayo que seguía con la hoja de ruta de presión, recuperación y velocidad extrema. Además, conforme fueron pasando los minutos, el Atleti perdió protagonismo y el Rayo empezó a encontrarse más cómodo. La circulación lenta del balón de los colchoneros no inquietaba a un equipo que seguía a lo suyo. Una salida fulgurante de RDT, con pase final a Embarba sería rematado al primer palo por el extremo para nuevo lucimiento del meta Oblak, que de nuevo aparecía para salvar a los suyos. Era el minuto 33 y el equipo seguía mostrando muy buena cara.

    El Atleti tuvo que tirar de pizarra para inquietar a la zaga rayista. Un saque de falta en el que todos esperaban el centro al área finalizaría con pase de la muerte de Filipe Luis tras toque de Griezmann para sorpresa de todos. El centro no encontraba rematador, pero ponía el ¡¡Uy!! en la grada visitante.

    Después de 45 minutos con dos equipos con planteamientos diferentes, pero con la sensación de mayor dominio de situación del Rayo, llegábamos al descanso con la esperanza de aprovechar la inercia de la segunda parte para terminar por doblegar a un Atleti al que se veía incómodo en su papel de equipo grande obligado a atacar y generar fútbol. Los del Manzanares no daban miedo, aunque siendo el equipo que son, siempre hay que estar muy alerta.

    Otra vez Griezmann desnivela el partido

    La segunda mitad arrancó con todo igual. El Rayo no tenía motivos para cambiar de estrategia y el Atleti, aunque hubiera querido, estaba haciendo lo que exigía el partido. El balón seguía siendo en principio de los de Simeone y las contras de los franjirrojos. Griezmann, Correa y Morata, que no habían tenido protagonismo en toda la primera mitad, seguían por el mismo camino y la defensa de cinco rayista continuaba imponiendo su ley.

    Míchel intentó agitar el partido dando entrada a Bebé y Pozo en lugar de Embarba y Trejo, hombre por hombre para dar frescura al ataque. El de Azuqueca había ido de más a menos, mientras que el argentino, con una clase indiscutible y superior a la media, estuvo lento. El técnico vallecano intentaba encontrar el camino de meter mano a un Atleti que parecía cansado y que buscó la reactivación con Lemar y Diego Costa, que fue ovacionado en Vallecas.

    El Rayo gozó de un par de ocasiones con RDT como protagonista y con Oblak como salvador de nuevo para los suyos. Los intentos de remate del delantero fueron bien tapados por uno de los mejores porteros de la liga, que seguía manteniendo con vida a los suyos. En ataque, los rojiblancos no terminaban de carburar y Diego Costa, que recibió un par de balones tampoco fue resolutivo en el área.

    Una caída de RDT en el área, muy protestada por la grada pidiendo penalti, y la reactivación ofensiva de los vallecanos con Pozo imprimiendo velocidad en la zona definitiva, llevaban el choque a la recta final con igualdad en el marcador y con esperanza en el lado vallecano, que quería derrotar a un grande y salir del descenso. Pero ahí estaba Griezmann para hacer de las suyas. Una dejada de Morata tras un balón llovido era rematada por el francés, tocaba en un defensa, se envenenaba y superaba a Dimitrievski para poner el 0-1. Los vallecanos se frotaban los ojos no creyendo lo que acababa de pasar. Ahora el Atleti tenía el partido donde más le gusta. Ventaja en el marcador y a defender para matar el duelo con su juego de contra.

    Los vallecanos, que encajaron mal el golpe, intentaron reponerse con un gran disparo de Bebé que pasó junto al palo, pero la grada ya se había enfriado. La entrada de Alvaro por Gálvez había devuelto la defensa de cuatro y buscaba dar más profundidad en ataque, pero no había forma. El partido parecía muerto a falta de diez para el final. Y lo estaba, porque pese a los intentos vallecanos por acercarse al área rival, las fuerzas ya no respondían y el Atlético se llevó la victoria con un gol solitario y de rebote. Abdoulaye lo intentó a la desesperada en la última ocasión del partido, pero de nuevo apareció Oblak para cerrar el choque de manera definitiva.

     

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