Si durante los últimos cuatro años has apoyado las iniciativas solidarias relacionadas con las camisetas del Rayo Vallecano, este año vas a poder completar el primer lustro de solidaridad.

Pero no apoyando la investigación contra enfermedades raras, contra el cáncer o defendiendo la inclusión de todo el mundo en la sociedad. Eso estuvo muy bien. Sin embargo lo de este año supera a todos los anteriores: con tu carnet del Rayo vas a ayudar a pagarle el estadio a Raúl Martín Presa.

Espero que las organizaciones que en su día recibieron la ayuda de los rayistas sepan disculparme la frivolidad, pero no encontraba otra forma más cruda de explicar cómo la voracidad empresarial ha aniquilado la solidaridad de la que tanto presumía el Rayo Vallecano.

Una voracidad que se parece demasiado a un afán de venganza y revancha contra el rayismo por su participación en el nuevo convenio de cesión del estadio. Un ejemplo: la Federación de Peñas, principal impulsora del nuevo convenio junto a los partidos políticos de la CAM, tiene como presidente a Antonio Castilla, una persona discapacitada. Curiosamente los carnets para discapacitados suben 20 euros con respecto a la anterior campaña (más 50 euros del carnet Femenino). De pagar 90€ en primera división,  Antonio y su Peña Rayista Discapacitados pasarán a pagar 160 euros ¿Vomitivo? ¿Asqueroso? ¿Cruel? Ponle tú el adjetivo.

"Se ha intentado repercutir las condiciones más gravosas del nuevo convenio" fue la frase de la mañana. Y quien la pronuncia no esconde su intención de que sea el abonado rayista el que pague lo que va a costar abrir el estadio de Vallecas. Cuando ya no disimulas ni pones excusas sino que vas directamente al choque con una parte de la afición de tu propio equipo es que algo no va bien.

Las campañas solidarias que se anunciaban a bombo y platillo, sin que después supiéramos lo recaudado ni lo entregado a cada asociacion, han dejado paso a la nada. Una nueva muestra de la pérdida de identidad y valores de un Rayo Vallecano incapaz de encontrar en Vallecas una causa solidaria con la que 'hacer barrio'.

Por si había alguna duda, este año queda claro que no era solidaridad sino marketing. Nada diferente podía esperarse de quién utiliza las palabras Valentía, Coraje y Nobleza solo para nombrar camisetas.