RAYO VALLECANO 1 - ALCORCÓN 1

El Rayo perdió otros dos puntos en la visita del Alcorcón tras un partido en el que dominó, generó más que el rival, anotó primero y aguantó hasta el instante final para terminar cediendo un empate que poco o nada refleja lo sucedido durante el noventa por ciento del tiempo sobre el césped del Estadio de Vallecas. La apuesta de Jémez, y su intención de hacer futbolista a Martín, volvió a salir rana una jornada más.

El técnico franjirrojo recomponía el equipo tras el ensayo/castigo del sábado en Fuenlabrada. Hoy hubo laterales, dos; centrales, otros dos; mediocentros, dos; delanteros, otros dos... y así, cubriendo todas las zonas del terreno de juego donde Comesaña acompañó a Ulloa muy cerca del área y donde Trejo y Mario Suárez se repartieron el trabajo en la medular. El gran partido de Bebé sirvió para que el portugués se reivindicara, eclipsando a un Embarba que hoy estuvo por debajo de su nivel habitual.

Enfrente comparecía un Alcorcón que llegaba con los mismos puntos que los vallecanos y que desde el principio cedió el protagonismo a un Rayo que se plantó bien en defensa y que se adueñó del choque. Los amarillos esperaban en el centro del campo la señal para iniciar la presión que desactivara el ataque franjirrojo, pero les costaba contrarrestar el buen juego de los de Vallecas. Las llegadas peligrosas eran de los locales, que debían cuidarse mucho de un factor que fue cobrando protagonismo durante el partido: el colegiado. La infinidad de cartulinas amarillas recibidas por los vallecanos hacía presagiar un final de infarto, y con demasiado riesgo, para sus intereses.

En el primer cuarto de hora el Rayo había probado fortuna con remates de Mario Suárez, Advíncula, Embarba, Catena... y los visitantes con Stoichkov que obligó a intervenir a Dimitrievski, que hoy volvió a ser titular ante la ausencia de Alberto por lesión. El Rayo era mejor y solo parecía cuestión de tiempo que llegara lo que todos esperaban. Una falta botada por Embarba en corto permitió a Bebé probar uno de sus misiles, uno de los que la mayoría de las veces se marchan a las nubes, uno de los que raras veces van para dentro. Hoy hubo "suerte" y Vallecas celebró con alegría el golazo de Bebé. Zapatazo desde su casa junto al palo y el Rayo conseguía que el marcador reflejara lo que se plasmaba sobre el césped. Habíamos superado los primeros veinte minutos de partido y el choque ya estaba encarrilado.

Hasta el descanso el partido parecía anestesiado y sólo ligeros arreones provocaron algo de intensidad en el frío ambiente de Vallecas (y no nos referimos al frío meteorológico, sino al ambiental, al de animación, ausente una noche más).

La segunda parte arrancó con el Alcorcón dando medio pasito al frente. La timidez de los alfareros sirvió para que el Rayo continuase cómodamente instalado en su ventaja y generando peligro por banda. Bebé para Embarba que no llegó a contactar con la bola, Embarba para Ulloa, que tampoco pudo rematar, hasta que en el 54 se produciría la primera de las dos acciones clave del partido. Una jugada de tiralíneas finalizaba con Santi Comesaña empujando el balón a la red. Tocaba esperar la revisión del VAR, que una vez más le fue adversa al conjunto de Jémez. El colegiado anulaba el gol que parecía definitivo por fuera de juego.

Y ahí comenzaron los males para el Rayo. Los vallecanos en la última media hora dieron un paso atrás y esperaron sentenciar en una fulgurante contra y los visitantes empezaron a creer que en cualquier acción a balón parado, centro al área, rebote o disparo sin intención o con ella podían ser capaces de rascar algo. Nadie se lo creía, tampoco parecía que el Alcorcón lo creyera y Jémez blindó el centro del campo con Martín y Oscar Valentín, para proteger a un amonestado Mario Suárez y a un fundido Oscar Trejo.

Los últimos minutos fueron de puro infarto en Vallecas. Un remate de Pomares tocaba madera a falta de diez para el final, Romera remató de cabeza y rozó el empate a falta de siete y Ernesto probó fortuna con un disparo que no inquietó a Dimitrievski. Parecía que se acababan las opciones para un Alcorcón que, casi sin querer, se veía asediando la zona defensiva de un Rayo que se defendía sin orden  ni concierto y que provocaba mucho temor entre los suyos. Los cinco minutos de añadido serían la puntilla para el Rayo y la sentencia para Jémez y Martín. En el minuto 96, después de un parón, el colegiado acudió al VAR para chequear la última acción del partido y tras visionar la imagen se dio media vuelta y se dirigió al punto de penalti. El VAR descubría un penalti cometido por Martín tras ser desequilibrado por su compañero Piovaccari, segundo consecutivo en los minutos finales tras el de Fuenlabrada, que permitió a Stoichkov anotar 'a lo panenka' el gol del empate que congelaba Vallecas y que marcaba de nuevo al joven futbolista franjirrojo. Nadie parecía creerselo, incluso una vez señalado el final del partido. El Rayo había 'regalado' un punto al Alcorcón y había perdido dos por el camino de un partido que debió haber sentenciado mucho antes.