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RAYO. VAR

La ley del VARbitro

El colegiado no pitó el penalti de Martín pese a estar encima de la jugada y fue avisado por el VAR

Escrito por Miércoles, 02 Octubre 2019

    El VAR avisó al colegiado del Rayo - Alcorcón de un penalti que no vio estando apenas a tres metros de la jugada.

    La ley del VARbitroImagen Movistar Laliga

    ¿Para qué necesitamos árbitros si tenemos VARbitros? ¿Para qué queremos asistentes de árbitro si tenemos VARbitro? ¿Para qué tenemos a varios señores dentro del terreno de juego si los que deciden las cosas importantes son los de fuera? Parece una exageración, pero lo de anoche en el Estadio de Vallecas clama al cielo. Para muestra un botón. Última jugada del partido. Balón aéreo dividido por el que pugnan un jugador del Alcorcón y dos del Rayo que se salda con el alcorconero por los suelos, el balón despejado, el árbitro mirando para otro lado y la duda general sobre lo sucedido. Ahí entra el VAR en escena y sale el árbitro de la misma. Lo más indignante de la situación no es que el VAR indicase el penalti, claro por otro lado, de Martín, lo peor es que el árbitro estaba a tres metros de la jugada, en línea recta, mirando la acción y no la vio, o si la vio, decidió que fueran otros quienes decidieran si lo que acababa de ver era o no era punible.

    Hemos llegado a un punto en el que es mucho más grave señalar una infracción y que te corrija el VAR a obviar una jugada tan clara para el colegiado como la de ayer y esperar a que el VAR intervenga. El error por omisión no parece "castigable", el error por acción, por interpretación y por señalar lo que uno ve, o cree ver, que es la esencia del arbitraje, es imperdonable.

    Los banderines arriba o abajo en las jugadas de fuera de juego han pasado a los banderines abajo en las jugadas de fuera de juego. Ya no se señala ninguno, porque luego lo revisa el VAR. Las acciones trascendentes ya no se señalan porque todo lo revisa el VAR. Los árbitros, de repente, han pasado de protagonistas a comparsas, a meros acompañantes del juego, a señalar jugadas intrascendentes en el centro del campo, a mostrar tarjetas amarillas a diestro y siniestro (como anoche) y a mirar para otro lado, porque siempre tendré la oportunidad de ir a la "tele" a revisar. Ayer alguien me decía que las televisiones mandan fuera de los estadios y, ahora mucho más que nunca, también mandan dentro, y mucho.

    Jémez ha dicho por activa y por pasiva que no le gusta este fútbol. Que no le gustan los parones e incertidumbres, que no le gusta que los jugadores no sepan a qué atenerse y que si el árbitro fue al monitor era que algo había ocurrido, algo que el árbitro a simple vista y a tres metros no fue capaz de ver o no fue lo suficientemente valiente para señalar. Lo que sí vio fue una botella medio llena caer al césped al final del partido, eso lo tuvo claro y no necesitó de la ayuda del VAR. Nosotros el arbitraje hoy lo vemos como una botella medio vacía.

     

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