El Rayo recibía esta noche en Vallecas a un transatlántico llamado Fútbol Club Barcelona en los octavos de final de la Copa del Rey. Los de Iraola sabían de sobras que iban a tener que competir al 200% y trabajar duro para plantar cara a los culés, y así lo hicieron.

El partido comenzó con un Barça dominante en cuanto a la posesión se refiere, pero insípido en la parcela ofensiva. El Rayo le cedió el esférico al equipo catalán, pero trataba de ahogar su salida de presión, con unas líneas muy sólidas en defensa y un equipo muy adelantado.

La primera ocasión iba a llegar en el minuto 10 de choque cuando el ‘10’ culé centró un balón de falta lateral que se cerró tanto que pilló por sorpresa a Dimi. El guardameta local anduvo hábil y ágil de reflejos para meter la mano y evitar que ese centro se colase en sus inmediaciones.

En el minuto 19 de partido, un centro rechazado de Junior Firpo lo aprovechó De Jong para meter el miedo en el cuerpo de los de Iraola. El tulipán llegó antes que Stole al esférico, pero su remate forzado se topó con el larguero. Avisaba el Barça que, sin cuajar un fútbol vistoso, estaba teniendo peligro.

Pasaban los minutos y el Rayo no pisaba área rival, pero tampoco sufría. La consigna de la entrega y el sacrificio se estaba cumpliendo de manera excepcional y el Barça estaba siendo anulado.

A nueve minutos para el descanso el travesaño iba a salvar al Rayo de nuevo. Trincao llegaba hasta línea de fondo y probó fortuna ante un muy acertado Dimitrievski. El rechace del meta macedonio le cayó a Riqui Puig que, tras un buen recorte, probó el chute que se estrelló en un defensa del Rayo y posteriormente se topó con la madera. Se libraba el Rayo.

De ahí hasta el descanso, poco más. El Barça lo intentaba, sobretodo por el carril izquierdo, pero un buen plantado Rayo Vallecano evitaba que la progresión del equipo culé fuese a más. Empate a 0 momentáneo al descanso.

Que poco duró la alegría

Se iniciaba el segundo acto en Vallecas e iba a comenzar como finalizó el primero, con susto en el cuerpo para el Rayo. Leo Messi estrelló el balón en la madera con un golpeo de falta directa lateral. Engañó a Dimi y le pegó a la escuadra lejana. Volvía a salvarse el Rayo.

Los minutos pasaban y el equipo franjirrojo seguía fiel a su estilo de juego, el de ahogar al Barça y el de evitar que los culés se sintiesen cómodos sobre el verde. Poco a poco los discípulos de Iraola iban pisando área rival. Tanto fue así, que al final el premio llegó en el minuto 62. Trejo condujo un balón desde el centro del campo hacia zona de tres cuartos. El argentino filtró el balón a Álvaro García que, tras una maniobra de mago del balón, sacaba un tiro cruzado que rechazaba Neto. El balón quedó mano sobre la línea y Fran García, que entraba como un miura desde atrás, lo metió en la jaula. Gol del Rayo que invitaba a soñar.

Koeman no se lo pensó y metió a tres titulares más sobre el verde, para acabar el partido con el XI de gala. El Barça hacía mucho daño por el carril izquierdo, con un Jordi Alba incansable, fresco y que cambio las tornas. El Rayo sufría, los kilómetros pesaban en las piernas. Tanto fue el cántaro a la fuente, que se acabó rompiendo. De Jong encontró el hueco justo para filtrar un balón milimétrico a Griezmann que se plantaba solo ante Dimitrievski. El galo le cedió el regalo a Leo Messi que empataba el partido a placer. Se cumplía el minuto 69 de juego. Poco duró la alegría.

El Barça lo seguía intentando, sobretodo por la banda izquierda. Y así fue como llegó el 1-2 definitivo en el minuto 79. Un balón centrado desde el costado zurdo le sirvió a De Jong para, a placer, fusilar a Stole y remontar el partido. Una jugada que se había repetido muchas veces a lo largo del partido, pero no había llegado a buen puerto. En esta ocasión si tuvieron fortuna.

Los minutos pasaban y el Rayo no conseguía llegar a área rival. El Barça se defendía bien y apenas sufría. El partido tocaba a su fin y el equipo de Vallecas decía adiós a la Copa.

Adiós, torneo del KO. Nos vamos, pero con la cabeza bien alta.