El Rayo Vallecano volvía de nuevo a la competición y lo hacía en Primera y ante un 'coco', el Sevilla F.C. de Lopetegui que el año pasado se convirtió en el gran animador de la liga. Los vallecanos estrenaban su nueva condición de equipo grande de España en un feudo que históricamente nunca favoreció a sus intereses, el Sánchez Pizjuán, y que hoy contó con el aliento de una afición que mucho tiempo después pudo disfrutar de nuevo de fútbol en directo, con distancia de seguridad, mascarillas y respeto a la pandemia, pero el fútbol ya se pareció a lo que era.

Iraola tuvo que improvisar en la posición de central con Mario Suárez, dando la oportunidad, además, a Balliu y Nteka. El resto del equipo no se salió del guion 

Salió bien plantado el Rayo, maniatando a su rival y evitando que los primeros minutos fueran un calvario para sus intereses. Incluso se atrevió a inquietar a Dimitrovic con un pase filtrado por Trejo para la llegada de Alvaro. Su remate de primeras lo salvó el cancerbero sevillista evitando el 0-1.

Rondábamos el primer cuarto de hora cuando un pase a la espalda de Mario y Balliu provocó una salida en falso de Luca, que agarró claramente al delantero sevillista, Idrissi, provocando un penalti y expulsión aprovechado por En-Nesyri para poner en ventaja a los suyos. El Rayo veía como su prometedor inicio de partido quedaba penalizado por una acción que iba a marcar el devenir del partido. Trejo sería el damnificado para que Dimitrievski ocupara el lugar de Luca bajo palos.

El Sevilla vivía cómodamente con el marcador a favor y con superioridad numérica y el Rayo buscaba lanzamientos arriba para que Nteka peleara con la defensa sevillista y se buscara la vida. Hubo que esperar hasta el filo del descanso para que los corazones franjirrojos se alteraran con una buena acción de Isi que, tras superar a varios rivales, veía cómo se le negaba la opción del remate en el último instante.

La segunda mitad arrancó con el Rayo luchando contra gigantes. Los de Iraola aguantaron diez minutos, lo que tardó Lamela, recién ingresado en el campo, en anotar, en un barullo dentro del área el 2-0. El partido tenía poca historia y la que tenía ya estaba escrita.

La entrada de Ciss y Merquelanz buscaba refrescar a un equipo que vivía instalado en su zona defensiva y que se dedicaba a correr de lado a lado al ritmo que marcaba el Sevilla. Tocaba juntarse, ser solidario, pelear y sobrevivir.

Con el partido totalmente decidido, solo faltaba vivir una contra sevillista para sentenciar una noche en la que el Rayo no estuvo dentro del partido más que en los primeros quince minutos. Gol de Lamela y 3-0. El primer capítulo del regreso a la liga de las estrellas mostró la diferencia entre un equipo con aspiraciones a los puestos de arriba y otro que deberá pelear con todo por sobrevivir (y que además jugó gran parte del partido en desventaja numérica). Habrá que fichar para intentar lograr el objetivo.