Lo del Rayo Femenino esta temporada vuelve a confirmar lo mal que se están haciendo las cosas una vez más. Con la afición dando la espalda al equipo y, pese a los intentos del club franjirrojo, por atraer a público a la ciudad deportiva, todo lo que envuelve al equipo más laureado en Vallecas se torna oscuro se mire por donde se mire. Para la visita de un Sporting que llegaba a Vallecas en puestos de descenso, el Rayo decidió 'tirar' de Oscar Valentín, como capitán del equipo masculino, y de Iris Ponciano, como capitana del femenino para intentar que esos aficionados que están hartos de la situación volvieran a animar a las jugadoras. A la vista de lo vivido hoy, no lo consiguieron. 

Que el club siga sin mover ficha en el inquilino del banquillo, que las jugadoras no hayan estado a la altura de lo que los aficionados requerían y la falta de conexión con la hinchada vallecana, ha llevado al Rayo Femenino a la peor situación de su historia. Poniendo todo esto en contexto, un equipo supuestamente creado para ascender a Primera RFEF, tras dos descensos consecutivos desde Primera División a la actual 'tercera' (Segunda RFEF) y con un nombre como el que pasean por España, se ve abocado a pelear por no encadenar un nuevo descenso que ya sería más que dramático y una herida de muerte para un equipo que está 'tocado' y 'hundido' por lo que sucede dentro del terreno de juego, pero sobre todo por lo que acompaña desde fuera.

El partido del llamamiento de los capitanes a la afición contó con la presencia de alrededor de 200 aficionados (muchos de ellos seguidores del Sporting) y desde el primer minuto evidenció el estado anímico de un Rayo Femenino que fue un auténtico manojo de nervios en los primeros compases. Las asturianas, serias, bien colocadas sobre el terreno de juego y con las ideas muy claras, dominaron la primera mitad de un choque en el que terminarían adelantándose en el marcador al filo del descanso (0-1, minuto 41), tras un penalti que Mery no logró embocar en una jugada que encadenó un remate de Iris al larguero y un penalti sobre la capitana del Rayo en la misma acción.

Para la segunda mitad quedaba tirar de orgullo y demostrar que, pese a todo, este equipo quiere quedarse en Segunda RFEF. Pero no fue así. El Sporting volvió a salir mejor que las vallecanas y, fruto de su mejor juego, lograría el 0-2 que obligaba a las locales a poner toda la carne en el asador de un partido en el que habían buscado las contras, sin fortuna, y que de no ser por una gran intervención de Murga hubiera visto aumentar su desventaja.

A falta de veinte minutos Miri apretaba el resultado dejando para el final la resolución del drama en el que está sumido este equipo. Con el 1-2 en el una vez más apagado marcador de Vallecas, Murga volvió a erigirse en protagonista deteniendo un penalti que hubiera dejado para sentencia un choque que encontró el picante necesario en los minutos definitivos. El Rayo mejoró tras el penalti fallado por las asturianas, que dieron un paso atrás, y gracias a un tanto de Sheyla igualarían el resultado a falta de seis minutos para el final. Ese fue el único momento en el que las vallecanas creyeron que podían 'rascar' algo de un duelo que terminaría decantándose para las visitantes con un golazo que heló la sangre de las rayistas.

Dura derrota de un Rayo Femenino que podía haber dejado vista para sentencia su salvación de haber logrado la victoria y que, tras perder con el Sporting, se ve en la obligación de luchar por no descender a Tercera RFEF. Final dramático para un equipo abandonado a su suerte.