Este 1 de agosto a las 9 de la mañana era el día y la hora indicada para que el Rayo Vallecano B arrancara su pretemporada 2024/2025. Un año que se presupone difícil por cuanto en los dos últimos años, el filial ha escapado de la quema del descenso por muy poco. Pero pocos éramos los que imaginábamos vivir un arranque impropio de un club centenario que está en primera pero que ya viene a ser marca de la casa habitual en la propiedad del club de Vallecas.

Porque cuerpo técnico y jugadores del equipo de Tercera RFEF se encontraban a su llegada a las instalaciones de la Ciudad Deportiva con que sus contratos no estaban firmados y en algunos casos, según ha podido saber Pasión por el Rayo, con cambios en las condiciones que se habían prometido originalmente para la incorporación de las nuevas caras del equipo.

Vista la situación, el entrenamiento matinal se posponía y el grupo de Whatsapp del equipo empezaba a echar humo ante la enésima esperpéntica situación que se vive en las oficinas de Vallecas. Hasta las 6 y 15 minutos de la tarde y con Pasión por el Rayo como único medio testigo allí presente ha comenzado la primera sesión del filial. Aunque en honor a la verdad podríamos decir que apenas un puñado de jugadores y alguna cara conocida del juvenil A del pasado año (Mico, Jime, Íñigo...) han entrenado.

A casi 40 grados y con managers, representantes y familiares más pendientes del móvil que de lo que pasaba en el césped arrancaba un Rayo B sin la gran mayoría de jugadores. Los mismos que veíamos pulular por la zona de vestuarios y las oficinas de la Ciudad Deportiva en busca de una respuesta que no llegaba porque la firma de la propiedad nunca llegó en este 1 de agosto.