Los malos resultados de las últimas jornadas, tanto de Getafe como de Sevilla, han minimizado el efecto de la falta de puntos de un Rayo Vallecano que viajará a Valencia en busca de una última oportunidad para seguir soñando.
Es en los momentos complicados cuando un grupo demuestra su fortaleza, su carácter y su calidad. El Rayo Vallecano ha sido capaz de ofrecer una imagen sobresaliente a lo largo de la temporada. Derrotó al Valencia en Mestalla, hizo lo propio con el Atlético de Madrid en Vallecas o con el Athletic en San Mamés y le plantó cara, como nadie más lo hizo -salvo el Bayern de Munich- al mismísimo F.C. Barcelona en el Camp Nou. Con las credenciales de equipo valiente, alegre, desenfadado y, en muchas ocasiones, suicida, los de Jémez lograron hacerse un hueco entre los grandes de la liga, incluyendo su nombre en la lista de aspirantes a participar en Europa la próxima temporada. Aún así, esto no es suficiente, y no lo es porque sus protagonistas y todos los que les rodean aspiran a mucho más. El Rayo no quiere conformarse con haber sido la gran sorpresa del año, quiere más, y para ello tendrá que reencontrarse con su propio espíritu.
Para hacerlo, para volver a ser el que fue, el conjunto vallecano no podrá contar con hombres que han sido clave en la buena marcha del equipo, como Leo, o jugadores cuya solvencia y calidad está fuera de toda duda, como el último ‘caído’, el lateral zurdo Casado. Jémez anticipó en la rueda de prensa posterior a la debacle ante el Valencia que quizá había llegado el momento para aquellos jugadores que habían tenido menos protagonismo, aunque habrá que ver si esto se queda en una simple declaración de intenciones. Más que nada porque, hoy por hoy, no hay un medio centro defensivo mejor que Javi Fuego, ni uno ofensivo mejor que Trashorras, ni tampoco hay en el equipo jugadores del poderío táctico y técnico de Piti o, por supuesto, de ‘Chori Domínguez’. De cualquier manera, la eclosión de la cantera está en su momento álgido y, pese al descenso del filial a Tercera División, Jémez ha decidido llevarse a los entrenamientos tanto a jugadores del B como del juvenil, para seguir dando protagonismo a los jugadores del futuro equipo del Rayo Vallecano.
Ante el Levante llega la definitiva y última ocasión de no dejar pasar las dos últimas jornadas sin pena ni gloria tras una temporada sobresaliente. Los levantinistas, que afrontan el partido en plena crisis interna, con acusaciones entre sus profesionales y con amenaza de querella de algunos jugadores entre sí, no atraviesan el mejor momento. Tras una temporada en la que han brillado en la Europa League, la liga se les ha hecho demasiado larga, tanto que hace ya varias semanas que ‘no juegan a nada’. Esto, y el supuesto ‘pasotismo’ de algunos jugadores, llevó a Barkero a dudar de algún compañero, algo de lo que posteriormente se retractaría, pero que ha generado un auténtico cisma en el seno del club granota.
El Rayo, que llega bastante más tranquilo en ese sentido, contará con la inestimable ayuda de los dos grandes aspirantes a la cuarta plaza de la liga. Tanto el Valencia como la Real Sociedad, que están luchando a vida o muerte por el último pasaporte a la máxima competición continental, deberán enfrentarse a Sevilla y Getafe, respectivamente, que son los dos rivales del Rayo por la octava posición que, si se mantuviera la sanción al Málaga, también daría derecho a viajar por Europa la próxima temporada. Los jugadores son conscientes de que por Valencia pasa el último tren y que, pese a las trabas administrativo-económicas presentadas por la Federación, el primer paso debe darse dentro de los terrenos de juego, pasando la ‘patata caliente’ a unos directivos a los que ni se les ha visto, ni se les espera, para dar la cara ante el enésimo acontecimiento extradeportivo que salpica a la entidad. El Rayo presentará recurso para evitar que se le deniegue su supuesto derecho a participar en Europa, y lo hará alegando que, desde su entrada en la dichosa ley concursal, está al corriente de pago de todas las deudas contraídas con jugadores y demás proveedores y acreedores. Así es la ley concursal. Entre tanto, el club sigue buscando la salida al convenio con los damnificados de la época anterior, algo que se ha complicado sobremanera y que lleva camino de un año de retraso sobre las optimistas intenciones de Javier Tebas que, hace un año, aseguraba que el convenio estaría firmado en noviembre del 2012. No ha sido así… y habrá que ver.
Lejos de los despachos, la actualidad del club de Vallecas se ha centrado en la recuperación anímica del grupo tras el varapalo sufrido ante un Valencia crecido y serio aspirante al cuarto puesto. Además, la actualidad franjirroja giró en torno a la mala noticia por la lesión de Casado y las intenciones de los de Jémez de recuperar la confianza de su afición, que en las últimas jornadas ha visto como su equipo perdía totalmente la credibilidad, por su fútbol, por sus errores, por sus pocos aciertos y por un exagerado grado de cansancio que ha hecho dudar a más de uno.
El domingo (Ciudad de Valencia, 12 horas) se verán las caras un ex-equipo de la Europa League en plena crisis interna, con un aspirante a dicha plaza inmerso en una oxidada crisis institucional de la que no parece tener visos de poder salir. El fútbol tomará el relevo a las noticias extradeportivas y, durante al menos noventa minutos, será el único protagonista en una mañana de domingo en la que el Rayo buscará su juego, su fútbol… y su credibilidad.
