Iago Aspas es el referente del Celta de Vigo. Un futbolista diferencial que triunfó en Vigo, probó en Liverpool y Sevilla, y retornó a su casa para seguir siendo el buque insignia de un club que ha vivido momentos mejores y peores, pero que ha conseguido afianzarse y hacerse un hueco propio en la Primera División.

Iago Aspas arrancó en el primer equipo del Celta allá por la temporada 2009-10, cuando el conjunto celeste militaba en Segunda División y después de haber sido el líder del filial en Segunda División B. Un par de años después de su debut destapó el frasco de las esencias goleadoras al anotar 23 goles en la temporada del ascenso a Primera División. Otro par de temporadas más tarde el Liverpool llamó a su puerta y, después de una temporada complicada para él en Inglaterra retornó a nuestro fútbol para enrolarse en el Sevilla. Allí, aunque el conjunto hispalense logró la Europa League, tampoco logró el objetivo de afianzarse, regresando a Vigo en la temporada 2015-16. 

En Balaídos Aspas volvió a ser el futbolista que todos conocemos. Un líder, un jugador en el que fijarse, un futbolista que decide partidos. Desde entonces, en todas las temporadas superó ampliamente los diez goles, marcando 19, 22 y 20 en las temporadas 16-17, 17-18 y 18-19 y llegando a vestir la camiseta de la selección española. Las siguientes temporadas siguió siendo el faro en el ataque de su equipo (el año pasado marcó 17 goles) y esta temporada ya acumula 9 dianas.

En Vigo, el ataque se llama Iago y se apellida Aspas, aunque su último tanto lo anotó el 29 de enero en la jornada 19 que supuso la victoria de su equipo 1-0 ante el Athletic. Desde entonces acumula cuatro partidos consecutivos sin ver puerta (la pasada jornada ante el Osasuna en Pamplona fue suplente).