Ficha técnica:
Rayo Vallecano (1): Dimitrievski, Balliu, Catena (Mumin, minuto 73), Lejeune (R), Fran García, Óscar Valentín, Santi Comesaña, Isi (Camello, minuto 56), Unai López (Trejo, minuto 56), Álvaro García (Andrés Martín, minuto 80) y Raúl de Tomás (Falcao, minuto 56)
Atlético de Madrid (2): Oblak, Nahuel Molina, Giménez, Savic, Mario Hermoso, Carrasco (Lemar, minuto 68), Koke, De Paul (Saúl, minuto 68), Llorente, Griezmann y Morata (Barrios, minuto 73)
Arbitro: De Burgos Bengoetxea
VAR: Estrada Fernández.
Goles: 0-1. Minuto 22. Nahuel Molina. 0-2. Minuto 24. Mario Hermoso. 1-2. Minuto 85. Fran García.
RAYO VALLECANO 1(Fran García) - ATLÉTICO DE MADRID 2 (Nahuel Molina y Mario Hermoso)
Al Rayo Vallecano se le está volviendo todo en contra. Desde los resultados de sus rivales que le van acercando a los puestos bajos de la tabla hasta su mala racha en la segunda vuelta. Parecía que tras el parón mundialista había encontrado la tecla con las victorias contra Valladolid, Villarreal y Almería pero desde entonces no ha vuelto a sumar de 3 en 3. Tampoco lo hizo contra un Atlético de Madrid que solventó la papeleta por la vía rápida para ratificar que está en su mejor momento de la temporada. Y como en las 7 jornadas anteriores, los de Vallecas merecieron algo más de lo que se llevaron.
Los franjirrojos no entraron mal al partido. Los de Iraola sabían que el rival huele la sangre y que cualquier mínima herida les convertiría en presa fácil. La presión intensa de los primeros 20 minutos quedó en agua de borrajas cuando tras una falta a favor los colchoneros hilaron una contra de tiralíneas. Nada pudo hacer Dimitrievski para sacar el disparo cruzado de Nahuel Molina.
El 0-1 noqueó al Rayo. Lo envió a la lona. Le dejó sin capacidad de respuesta durante varios minutos. Los que tardó Mario Hermoso en elevarse por encima de toda la defensa franjirroja y mandar a la red el 0-2 cuando se elevaban al cielo de Vallecas bufandas y estandartes al ritmo de la Marsellesa rayista.
Solo el incondicional apoyo del rayismo y su inquebrantable fe logró hacer reaccionar al conjunto de Andoni Iraola. Como sucedió en Vigo, el castigo fue excesivo al encajar en los dos primeros tiros a portería de su contrincante. Porque el Atlético replegó velas y mandó a sus jugadores más letales esperar juntitos para sentenciar, si no lo estaba ya, a la contra. Y al Rayo, todo en contra. Porque ni el zapatazo de Óscar Valentín ni el cabezazo de Comesaña al filo del descanso le permitieron soñar con un gol psicológico que pudiera cambiar el sino de la segunda mitad.
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— Rayo Vallecano (@RayoVallecano) April 9, 2023
No cambió la suerte de los franjirrojos en el segundo acto. Apenas arrancados los segundos 45 minutos Fran García tuvo de cabeza la oportunidad de reducir distancias pero no consiguió conectar con una pelota que se había envenenado. La desesperación se hacía visible en el rostro de los rayistas en la grada, en el banquillo y en el césped. Daba la sensación que ni aún jugando 15 días seguidos la diosa de la fortuna fuera a sonreír al club humilde en busca de la remontada.
Con el cuchillo entre los dientes, el Atlético parecía entender que el 0-3 era cuestión de tiempo. A la contra, en transiciones, en ataques estáticos gracias a la calidad de sus futbolistas. Morata, Griezmann y Llorente jugaban a placer cuando el balón llegaba a sus pies. El partido estaba precioso con dos equipos lanzados al ataque. Isi volvía a poner el "uy" en la grada con un zurdazo desde la frontal que hemos visto entrar en repetidas ocasiones. No esta noche. Porque cuando mejor estaba el Rayo llegó un pase filtrado a Morata que Lejeune tuvo que cortar cuando se iba mano a mano contra Dimitrievski. La roja llegó desde el VAR y la franja quedó a merced rojiblanca durante 30 minutos con uno menos recién realizado un triple cambio ofensivo: Camello, Falcao y Trejo.
Por inexplicable que parezca, el Rayo también firmó grandes minutos con 10 jugadores ante los de la ribera del Manzanares. Un hilo de esperanza llevó a Trejo y a Camello a rozar el gol. El mismo que mantuvo a los más de 13.500 rayistas pegados en sus butacas esperando el tanto que les metiera en el partido. El que llevó a Fran García a disparar desde una posición inverosímil y lograr un auténtico golazo para demostrar que Vallecas nunca se rinde. Quedaban 5 minutos para lograr una misión casi imposible. Una que ni Ethan Hunt podría haber levantado.
Porque el Rayo, como en las anteriores 7 jornadas mereció algo más. Los franjirrojos no merecieron perder por esos 2 minutos de desconexión. Cosas de la inercia de dos rachas enfrentadas: 7 jornadas sin ganar contra 11 jornadas sin perder. Teníamos todo en contra.