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CRÓNICA

Rayo Vallecano 2-1 Osasuna: ¡Dos zarpazos y objetivo (casi) cumplido!

Los goles de Aridane en propia puerta e Isi al filo del descanso cambiaron la marcha del partido de manera drástica

Escrito por Viernes, 14 Abril 2023

    El Rayo derrotó al Osasuna (2-1) en un partido que se decantó al final de la primera mitad y que hubo que pelear hasta el último instante.

    Los jugadores del Rayo celebrando el 1-0 ante OsasunaLos jugadores del Rayo celebrando el 1-0 ante OsasunaPasión por el Rayo

    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (2): Dimitrievski, Balliu, Catena (A), Mumin, Fran García, Óscar Valentín, Santi Comesaña (Salvi Sánchez, minuto 73), Isi, Trejo (Ciss, minuto 70), Álvaro García (A) (Chavarría, minuto 73) y Camello (Falcao, minuto 81).

    C.A. Osasuna (1): Aitor Fernández, Nacho Vidal (Peña, minuto 56), David García (A), Moncayola, Kike Barja (Cruz, minuto 81), Abde (Budimir, minuto 73), Kike García (A), Ibáñez (Moi Gómez, minuto 56) (A), Manu Sánchez, Aimar y Aridane.

    Arbitro: Munuera Montero.

    VAR: Medie Jiménez.

    Goles: 1-0. Minuto 40. Aridane (p.p.); 2-0. Minu to 43. Isi; 1-2. Minuto 65. Moi Gómez.


    RAYO VALLECANO 2 (Aridane (pp) e Isi) - C.A. OSASUNA 1 (Moi Gómez)

     

    No se puede decir que Rayo Vallecano y Osasuna no tuvieran claro cuál era su objetivo esta noche en Vallecas. Como siempre todo empezaba por no perder y buscar ganar, algo de perogrullo que no siempre parece tenerse claro al empezar el partido. Pero más allá del objetivo a corto plazo, el de esta noche era mucho mayor. Rayo y Osasuna buscaban la tranquilidad de los 40 puntos. Unos y otros sabían de antemano que el de enfrente era un rival más que directo en esa pelea por ser la alternativa a los grandes y en esa 'pelea' entre pequeños, intentar sacar la cabeza y presentar la candidatura a metas que a priori parecen destinadas para otros.

    Osasuna ya ha cumplido uno que se le negó al Rayo el año pasado y que también rozó con la yema de los dedos. La final de la Copa del Rey es un premio extraordinario para un equipo de gran nivel. El Rayo va poco a poco dando pasitos en su intención de cerrar el primer objetivo (la salvación) y por qué no seguir soñando con grandes noches en Vallecas.

    El fútbol de la gente es maravilloso, aunque Laliga se encargue de machacar una y otra vez con sus horarios a aficiones que siempre ponen color y calor a los partidos de sus equipos. Otra guerra perdida, por desgracia, aunque haya que seguir peleandola. Eso sí, pese a todo, Vallecas volvió a colgar el cartel de 'Agotadas las localidades'. 

    El Rayo empezó perdiendo el sorteo inicial y, por tanto, el orden de campo. Estaba por ver quien ganaba el resto de cuestiones, mucho más complejas e importantes, a partir del pitido inicial. El duelo de iguales estaba servido. Intentar sacar el balón desde atrás era la primera consigna, desplazamientos en diagonal la segunda, velocidad por banda la tercera y presionar hasta asfixiar al rival la máxima. Para cumplir lo escrito Iraola devolvió a su sitio en el once a Trejo y Camello, utilizando la solución de Mumin para cubrir la baja obligada por sanción de Lejeune.

    Los primeros compases transitaron por una pequeña parcela de terreno de juego, la que separaba las adelantadas defensas de unos y otros. El campo se hacía pequeño y tocaba ser extremadamente purista en el toque para no sucumbir en el intento. Además, había que tener todos los sentidos puestos en los detalles para evitar que cualquier despiste costase caro, muy caro.

    En los diez primeros minutos el partido estaba frío,. Primero llegarían un par de centros con cierto peligro de Osasuna y después una internada de Fran García desbaratada con acierto por Aitor Fernández. El lateral había encontrado un agujero en la zaga osasunista y le mostró el camino a su compañero Alvaro. El Rayo de momento se volcaba más hacia la izquierda, dejando algo más inédita la banda de Isi y Balliu. No había continuidad y ni unos ni otros lograban imponerse.

    El Rayo hacía ruido en ataque cuando Trejo aparecía. Sus combinaciones parecían querer anticipar cosas interesantes para un equipo que no terminaba de acompañar esos destellos de calidad y que, por momentos, sentía que era Osasuna quien mandaba (que tampoco lo hacía) en el partido. Lo de Osasuna no era dominio con el balón, sino dominio de la situación. El conjunto navarro parecía estar más o menos cómodo en la defensa de sus intereses sin balón y parecía tener la consigna del "ya llegará una".

    Con un remate despejado por Dimitrievski, el equipo vallecano pareció espolearse y venirse arriba y esa reacción se notó también en el ambiente. Más aún cuando Munuera Martínez evitó amonestar a dos jugadores rojillos que llegaron tarde en sus acciones defensivas. El partido estaba en el límite del éxito o el fracaso y los dos equipos lo sabían. El Rayo tenía balón, el Osasuna lo buscaba y así iban pasando los minutos camino del descanso hasta que el capitán del Santa Inés aprovechó una buena acción de ataque rayista para, con suspense y con el toque final de Aridane hacia su portería, adelantar al Rayo. Los osasunistas protestaron porque tenían a un futbolista tendido en el terreno de juego y el Rayo continuó la acción hasta marcar. Arrasate también protestó. Gol legal y se desató la locura en Vallecas.

    En la siguiente acción de ataque iba a ser Isi Palazón el que recogió un balón en el área para rematar a la media vuelta y con una ejecución perfecta apuntillar a un Osasuna que no tenía tiempo ni de respirar. 2-0 en un visto y no visto. El golazo del murciano devolvió a la grada de Vallecas el grito de "Isi selección...". El descanso llevó a vestuarios a un Rayo que sabía que tenía mayor botín del merecido y a un Osasuna que sentía que el castigo era excesivo para lo vivido hasta el momento. Así es el fútbol, aunque el premio a quien más lo buscó también se merece.

    Un golazo de Moi Gómez inquietó a Vallecas en la segunda mitad

    Tocaba ver cómo habían sentado los goles a unos y otros y con cuarenta y cinco minutos por delante seguir disfrutando del fútbol en Vallecas. Estaba claro que el Rayo era ahora el que tenía 'la sartén por el mango' y el que había decidido que le tocaba a él jugar al "ya llegará otra". Los vallecanos estaban sueltos y se les notaba y únicamente un posible acierto del rival podría complicar algo la situación. Lo intentó con un córner antes de que Arrasate moviera el banquillo por primera vez. Todo marchaba viento en popa para el Santa Inés pese a los intentos de los navarros por meterse en el partido.

    El primer cuarto de hora de la continuación había volado. Osasuna ahora sí proponía, no quedaba otra, mientras el Rayo 'tranquilizaba' el partido. Había que tener cabeza, porque el horizonte de los 40 puntos era demasiado goloso e importante como para estropearlo por una tontería. Los de Arrasate sabían que con un gol la cosa cambiaba mucho y los de Iraola sabían que su gol acabaría con todo. Tocaba ser inteligentes.

    De repente y de la nada llegó el 1-2. Un misil de Moi Gómez en el minuto 65 cambiaría el panorama. El remate del osasunista fue un jarro de agua fría para un Rayo que nadaba cómodo en las tibias aguas de su puerto de mar hasta que Moi provocó un pequeño tsunami. El Rayo empezó a zozobrar y Andoni Iraola, viendo que los suyos empezaban a sentir algo de miedo escénico, replegó velas sentando a Trejo para dar entrada a Ciss. La pareja Ciss-Oscar Valentín debían estabilizar el equipo y Comesaña ser el dueño del timón que nutriera de balones a Camello, Isi y Alvaro. El plan seguía siendo claro: ¡¡Aguanta, Rayo, aguanta!!

    Iraola volvía a mover ficha para dar un respiro a los suyos. Comesaña y Alvaro eran sustituidos por dos de los 'casi inéditos' de la temporada: Chavarría y Salvi Sánchez. Con el baile de jugadores era Isi el que cogían las riendas de la media punta. Apretar los dientes, estar juntos y no conceder ni medio metro al rival era ahora el único objetivo. Y el Rayo lo cumplió, no sin sufrimiento, para sumar los 40 puntos que le acercan a la permanencia matemática y que confirman la permanencia psicológica. ¡Grande, Rayo, grande Vallecas!

     

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