El Elche - Rayo Vallecano se decantó a favor de los ilicitanos por la clara expulsión de Florian Lejeune tras un entradón a Pere Milla. Y en el Rayo Vallecano - Valladolid pudo repetirse la situación si el árbitro hubiera interpretado de otra manera el empujón que Catena propinó a Kike Pérez.

Sucedió pasada la media hora de encuentro cuando tras algún que otro encontronazo, el central mostoleño decidió quitarse de encima al jugador pucelano. El ártibro, Díaz de Mera, seguía la jugada de cerca y no consideró que la acción fuese punible.

La jugada se resolvió sin más castigo que una reprimenda para el central franjirrojo. Al no estar el balón en juego, la acción nunca podría haber representado penalty en contra pero si el colegiado hubiera considerado el empujón como agresión, el resultado final pudo haber cambiado.