Ni el gesto del avión, ni lanzarse de rodillas, ni dirigirse a la grada, ni tan siquiera gritar con rabia el gol. Raúl de Tomás celebró el 1-1 del Rayo Vallecano ante su ex equipo, el R.C.D. Espanyol, dejándose abrazar por el resto de compañeros pero mostrando máximo respeto hacia el que fuera su equipo durante dos temporadas y media.
RDT logró de penalti su segundo gol esta temporada, pero hacérselo al Espanyol nos privó de una celebración que hubiéramos disfrutado ante cualquier otro rival de la liga.