Mejor que pase en la pretemporada que no en la jornada 1. El comentario válido para el analista más táctico como para el cuñado de la barra de bar no deja de ser un toque de atención para la unidad B del Rayo Vallecano que Francisco puso en juego contra el Valladolid en el Trofeo Ciudad de Valladolid.

Hasta 7 cambios introdujo el técnico rayista con respecto a lo que vimos en Do Dragao: Morro, Diego Méndez, Chavarría, Mumin, Joni Montiel, Salvi Sánchez y Falcao. La propuesta, arriesgada, pareció funcionar los primeros 10 minutos en los que el cuadro de Vallecas dominó y tuvo las ocasiones más claras. Fue el tiempo que necesitó Tunde para hacer un boquete por la banda derecha que le costaría a los franjirrojos el partido.

Por velocidad, por fuerza, por fortuna... Una y otra vez el futbolista percutía por la banda encontrando a los delanteros blanquivioletas. Concretamente a Cedric quien se iba a llevar la pelota del encuentro ya que con su hat-trick tradujo todas las ocasiones de peligro. Antes de la media hora ya había firmado 3 goles de diferente factura pero todos de killer, de saber estar en el área.

El Rayo de Francisco estaba noqueado. No encontraba líneas de pase, ni desmarques, ni por supuesto la solidez defensiva. Los de Vallecas recibieron más goles en 30 minutos que en los 3 partidos de pretemporada anteriores con equipos de la Champions. La mejor noticia al descanso es que el marcador fuera solo de 3-0 porque el Valladolid las tuvo de todos los colores. Manos a mano, balones al poste, ocasiones marradas... El nuevo técnico rayista no daba crédito y barruntaba lo que vimos en la segunda mitad. Una revolución.

Hasta 8 cambios introdujo el nuevo entrenador rayista. No por señalar nombres sino por darle otro aire al partido, por cambiar a futbolistas bloqueados que no encontraban las sensaciones para disputar el encuentro con garantías. Las sustituciones surtieron efecto de forma inmediata. El Rayo pasó a tener el balón, las ocasiones en botas de Isi, Nteka, Óscar Valentín... pero no encontró el camino al gol.

Eso envalentonó al Valladolid que volvió a amenazar la espalda de una defensa adelantada y con tres goles en desventaja. Morro evitó que la sangría aumentara justo antes de que Cedric se lo llevara por delante lesionándole cuando mejor estaba. Para entonces Lejeune ya había reducido distancias con un gran cabezazo ajustado al palo izquiero de Masip haciendo imposible su estirada.

Con el carrusel de cambios, el parón por el cooling-break y los cambios de refresco dese el banquillo pucelano, la imagen de los locales mejoró y se redujo el ímpetu de los visitantes. El marcador ya solo se movería superado el 90 en una gran combinación que volvió a aprovechar Álvaro García para firmar su cuarto gol del año.

Rozó el empate la franja pero la desventaja ya era demasiada por lo visto en los primeros 45 minutos. Mucho que aprender para un equipo que presentó dos caras: la de Jekyll y la de Mr. Hyde. Las dos las vivimos en otra intensísima narración en Pasión por el Rayo Radio desde el estadio José Zorrilla gracias al patrocinio de Redpiso (en sus oficinas de Palomeras, Villa de Vallecas y Ensanche La Gavia).