Desde el domingo, uno de ellos desde el sábado según pudimos saber después. Cuatro largos días y sus respectivas noches para conseguir el ansiado abono de la temporada 2023-24 del Rayo Vallecano. Ese es el tiempo que los más 'ansiosos' dedicaron a esperar el momento de poder entrar por la puerta de taquillas del Estadio de Vallecas para conseguir salir con un botín para el que otros muchos destinaron menos tiempo, aunque siempre es demasiado. Las plataformas de venta online hace años que están a pleno rendimiento en nuestras vidas y para conciertos, obras de teatro, cine o comprar unos calcetines funcionan y lo hacen con seguridad en la gran mayoría de los casos. La gran mayoría de clubes de fútbol también cuentan con plataformas de abonados, venta de entradas online e incluso, qué locura, hasta cesión de abonos en caso de no ser utilizados en determinados partidos. ¿Cómo es posible?
En Vallecas no. En Vallecas hay que alegrarse, y visto lo visto, hay que alegrarse mucho, porque la renovación online y la recogida de estos abonos ha ido en líneas generales como la seda. En Vallecas hay que conformarse con que en general la fase de cambio de localidad dentro del estadio haya transcurrido dentro de unos cauces normales. Pero en Vallecas hay que volver a lamentar que los nuevos abonados, los interesados en subirse al carro del rayismo por el motivo y la intención que sea, deban esperar más de 12 horas para lograr su objetivo.
En Pasión por el Rayo hemos seguido una dantesca jornada de rayismo desde antes de las 9 de la mañana y hasta que pasadas las 10 de la noche se entregó el último número que daba derecho a ser inscrito en una lista de espera que en el peor de los casos dará derecho a ser aspirante a un nuevo abono la próxima temporada y, en el mejor, poder disfrutar de uno nuevo en una zona todavía por concretar en el fondo de Teniente Muñoz Díaz, como ya adelantábamos ayer en este medio.
Desde que anoche cerramos máquinas, con una cola que superaba la puerta de vestuarios en la calle Payaso Fofó fueron muchísimos los aficionados franjirrojos que hasta nuestro regreso al lugar en el que el rayismo sueña con muchos triunfos de los suyos, se fueron acercando para completar una cola que dio la vuelta a medio estadio. Antes de las 9 de la mañana, el reguero de aficionados que esperaban adquirir un nuevo abono llegaba hasta la confluencia de la Avenida de la Albufera con Teniente Muñoz Díaz. Un recorrido que hicimos, un año más, para informar y para verificar de nuevo que el Rayo necesita actualizarse y que esto no puede seguir sucediendo en pleno 2023 y a falta de unos meses para que este club sea centenario.
A las 10 de la mañana se abrieron las taquillas y aquellos que llevaban esperando desde el sábado o el domingo pudieron rápidamente ver cumplido su objetivo. Sus caras de felicidad dejaban entrever que el sufrimiento previo había pasado al recuerdo. A partir de ahí fuimos contando cómo pasaban las horas y cómo la cola seguía avanzando para conseguir descontar los 612 abonos disponibles. Nadie en el club informó en ningún momento de la marcha de la venta, del número de abonos disponibles, de las zonas que ya estaban completas, de si todos, muchos o algunos conseguirían hacerse con su abono. PxR pasó cada hora contando lo que sucedía, más de trece horas de información e incluso de ayuda a muchos de los que se acercaban desorientados buscando un acceso para recoger su abono renovado online (porque tampoco había ningún cartel ni nadie que les dijera qué tenían que hacer).
Toda la mañana y toda la tarde el goteo de aficionados fue constante. La palabra 'vergüenza' se escuchó infinidad de veces, las preguntas de cómo iba la venta de abonos era habitual. Nadie sabía nada, nadie decía nada. Nosotros seguíamos allí, al pie del cañón, intentando dar algo de luz al apagón informativo del club.
Así estaba la cola con Payaso Fofó y Avenida de la Albufera repletos para los nuevos abonos una hora antes de empezar la venta... pic.twitter.com/Bg9H1fwpXH
— Pasión por el Rayo + PxR Radio (@pasionporelrayo) August 23, 2023
Poco a poco el número de aficionados fue disminuyendo y a media tarde la cola finalizaba en la entrada de vestuarios, es decir, a mitad del fondo de Payaso Fofó, el mismo lugar donde la noche anterior la habíamos dejado. Y de repente, cerca de las 9 de la noche, pasó lo que muchos temían y todos esperábamos. Desde taquillas se dio la orden de parar la entrada de más aficionados. Había que finalizar los abonos de los que ya habían accedido, recontar los abonos disponibles y ofrecer la posibilidad de compra de los mismos o de apuntarse en lista de espera. Asi fue, se vendieron los últimos abonos de Tribuna central y se vendieron una decena y se entregaron números para el resto de la zona de palco que estaba disponible (se venderán mañana entre las 9 y las 11 de la mañana).
Para el resto de 'sufridores' se dio una solución digna: números para una lista de espera que seguramente alguien utilizará para reforzar su postura en cuestiones totalmente alejadas de lo deportivo y mucho más cercanas a lo económico. Así poníamos punto final a una larga jornada de información y rayismo, una jornada en la que hay que agradecer el gran esfuerzo de los trabajadores del club para que todo saliera bien y una jornada en la que hay que agradecer la paciencia y el aguante de la afición del Rayo.
Este año no hubo que lamentar ni contar altercados, este año no fue necesaria la presencia de la Policía Nacional, pero este año volvió a quedar patente que el Rayo necesita una actualización que esperemos evite que la temporada que viene tengamos que hacer otra crónica como esta.
ℹ️¡𝗔𝗯𝗼𝗻𝗼𝘀 𝗮𝗴𝗼𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀!
— Rayo Vallecano (@RayoVallecano) August 23, 2023
⚡️Gracias a todos por vuestro apoyo❤️
⚡️ Esta tarde se ha iniciado la inscripción en lista de espera. Desde las 13:00 horas de mañana se continuará.
⚡️ El Club trabaja ya para intentar ampliar el aforo y el cupo de abonados para esta temporada. pic.twitter.com/JmNI7GAbG3