El último encuentro del Rayo Vallecano en Vallecas la pasada temporada (con la visita del Villarreal) vivió un auténtico diluvio que encharcó algunas zonas del césped, algo que en los criterios de la Liga para fomentar el espectáculo no debería suceder. Por ello el club franjirrojo tuvo que acometer en verano unas reformas del sistema de drenaje y un nuevo césped que tuvo el estadio en obras hasta apenas un par de días antes de recibir al Atlético de Madrid en el primer partido de esta temporada.
En el derbi el césped estuvo blando y se levantó en repetidas ocasiones. 20 días después el estado del verde había mejorado muchísimo pero nadie esperaba que la climatología también fuera a poner a prueba esas remodelaciones. Porque Vallecas vivió otro diluvio durante el Rayo - Alavés y el drenaje funcionó a la perfección.
Cuando la tromba de agua terminó, los charcos normales que se habían formado dada la enorme cantidad que cayó desaparecieron en apenas unos minutos. La 'alfombra' vallecana evacuó la lluvia en tiempo récord y se pudo disfrutar sin problemas los minutos finales del choque.