El Rayo Vallecano honró la Copa. Y eso en el encuentro que le enfrentó en la primera eliminatoria al Atlético de Lugones, significó solucionar por la vía rápida el partido. Dos goles de Falcao y uno de Camello antes del descanso dejaron claro que el equipo franjirrojo tiene ambición en esta competición y que quiere más.

El trabajo del equipo de regional asturiana se notó con su ímpetu, su corazón y su ilusión sobre el terreno de juego en los primeros minutos. La grada local apretaba orgullosa de sus colores azul y blanco y toda una localidad soñaba con la machada de eliminar a un primera al que recibieron con los brazos abiertos (y no solo a ellos: ¡Gracias Lugones!).

Pero todo iba a cambiar en el minuto 7 cuando Deco cometía un inocente penalti sobre De Frutos al llegar tarde a la marca a la salida de un córner. Falcao no iba a perdonar desde los 11 metros para abrir el marcador a favor de los franjirrojos. No iba a ser el último de una mañana en la que los goleadores volvieron a demostrar que siguen teniendo colmillo.

Antes del cuarto de hora el Tigre nos recordó ese gol que hizo en Champions con el Atlético en una final de Europa League aunque a pierna cambiada. El colombiano recibió con la izquierda, recortó hacia su derecha y la colocó a la escuadra de rosca imposible para Rafa.

El 0-2 desinfló los ánimos de la plantilla y del público. Pero si de algo saben por Asturias es de no rendirse. Fueron entonces cuando llegaron los mejores minutos de los asturianos. Apretando. Presionando. Viviendo la Copa. La mejor la tuvo Lucas en un disparo de falta que se fue lamiendo el palo del debutante con la franja Dani Cárdenas.

Cuando mejor estaba el Lugones, llegó la sentencia. La jugada individual de Pep Chavarría dejó a Sergio Camello solo en el punto de penalti aunque de espaldas. En un movimiento maravilloso pudo darse la vuelta y cruzar raso al palo contrario para firmar el 0-3. Los delanteros habían vuelto a recordar lo que es marcar.

El paso por el túnel de vestuarios todavía acrecentó aún más la diferencia. Porque el Rayo Vallecano puso el modo rodillo y en apenas un cuarto de hora pudo meter una auténtica goleada. Toda la eficacia de la primera mitad le faltó en la segunda. Se resistía el hat-trick de Falcao, el gol que nos quería dedicar Bebé e incluso los defensas percutían por bandas en busca del cuarto.

El gol iba a llegar pasada la hora de juego. Nos lo quería dedicar Bebé y entró pegado al palo derecho del cancerbero asturiano tras un gran lanzamiento de falta desde 30 metros. Casi sin tiempo para celebrarlo llegaba el quinto obra de Ratiu tras aprovechar una asistencia al segundo palo de Pozo que dispuso de sus primeros minutos en la temporada en partido oficial.

Bebé iba a redondear la goleada con el sexto de la mañana tras aprovechar otra asistencia de Pozo. Los últimos minutos nos permitieron vivir la ilusión del Lugones por conseguir el gol de la honra y el penalti marrado por Nteka que detuvo Rafa, el héroe local del encuentro.