El Rayo Vallecano B no pudo pasar del empate ante el Guadalajara en el Pedro Escartín (1-1), un resultado que servía a los locales para acceder a la fase de ascenso a Segunda División, pero que era insuficiente para que el conjunto franjirrojo alcanzase la meta de la salvación. Incluso la victoria no hubiera servido, vista la solvencia con la que el filial de Las Palmas se deshizo del de la Real Sociedad en un partido sin mucha historia (0-3).

El Rayo B lo tenía todo en contra. Jugar contra un aspirante al ascenso, en casa de este, dependiendo de un tercero, que a su vez se enfrentaba a un equipo sin ninguna aspiración. Todo en contra. Aún así, los pupilos de Juanvi Peinado se emplearon a fondo para cumplir, al menos, con su parte del trabajo. Lograr la victoria en el Pedro Escartín no era tarea fácil, pero, al menos, el filial del Rayo dejó su imagen de buen equipo como carta de presentación para iniciar una nueva andadura que todos esperan le devuelva a la categoría de bronce del fútbol español.

Varios de los jugadores del actual plantel llevan muchos años defendiendo la franja, otros son recién llegados y tanto unos como otros ya saben lo que es disfrutar con el Rayo en Segunda B y sufrir con el Rayo camino de Tercera. Junto a los más veteranos el filial franjirrojo deja entrever los brotes verdes que asoman desde el juvenil y, como ayer con Clavería y Juancho, prometen un futuro lleno de alegrías.

El próximo año, el Rayo B retornará a la Tercera madrileña, siempre complicada, mucho más para un equipo joven y al que le gusta el 'toque', y lo hará con las ilusiones renovadas, las que se quedaron en el Escartín en una tarde en la que el fútbol estuvo por encima del resultado y en la que el Rayo B se dejó todo para conseguir... nada.