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Amaya reconoce que no fue 'un ejemplo de comportamiento cívico'

Escrito por Jueves, 03 Septiembre 2015

    El jugador del Rayo Vallecano, Antonio Amaya, ha publicado una carta en la que pide perdón por su comportamiento, que califica de "conducta inapropiada y peligrosa", mostrando además su "más sincero arrepentimiento".


    Antonio Amaya fue ayer el lamentable protagonista de la actualidad del Rayo Vallecano. El central franjirrojo superó ampliamente los límites de velocidad de la carretera por la que circulaba con su vehículo y la noticia se extendió como la pólvora, viéndose obligados tanto el presidente, Raúl Martín Presa, como el director general, Luis Yáñez, a salir a dar explicaciones públicas ante los medios de comunicación congregados en la ciudad deportiva debido a la presentación de los dos últimos fichajes del club.

    El defensa franjirrojo ha publicado hoy una carta en la que pide perdón, reconoce su error y asume las responsabilidades "acatando la sanción que las autoridades" le impongan, solicitando además que "acontecimientos semejantes fueran en el futuro un poco mejor reservados por quienes los conocen".

    Esta es la carta de Antonio Amaya:

    En relación con los acontecimientos del pasado 2 de septiembre recogidos por los medios de comunicación,  quiero dirigirme a mi familia, mi club, mis compañeros y todos los aficionados de la familia rayista para expresar mis disculpas y mostrar mi más sincero arrepentimiento.

    Reconozco que hechos de este tipo no deben volver a repetirse nunca, porque he puesto en peligro mi vida y la de otros conductores; no es desde luego un ejemplo de comportamiento cívico.

    Sé perfectamente que los jugadores de fútbol somos un espejo en el que muchos niños se miran y quisiera decirles que lo que ha ocurrido no tiene nada que ver con el fútbol; es una conducta inapropiada y peligrosa y les pido que me perdonen.

    Por otro lado, quiero señalar que en ningún momento estuve detenido como se ha divulgado en algunos medios, y que acudí al entrenamiento del equipo del martes por la mañana con total normalidad.

    Me hubiera gustado  que este hecho no hubiera tenido tanta repercusión mediática, porque no es un buen ejemplo para nadie. Pediría públicamente que acontecimientos semejantes fueran en el futuro un poco mejor reservados por quienes los conocen, para evitar dar publicidad a actitudes negativas y desafortunadas; es deber y responsabilidad de los que los detectan y sancionan guardar y proteger la intimidad de los infractores, dado que puede tener consecuencias incontrolables. No se trata de ocultar los delitos pero sí evitar en lo posible la divulgación de los nombres de los responsables y los juicios paralelos que inevitablemente se producen.

    Asumo mi responsabilidad y acataré la sanción que las autoridades  me impongan.  

    Agradezco a todas las personas que me conocen el apoyo que me han brindado en estos momentos difíciles de los que soy el único responsable.

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