Paco Jémez pocas veces deja indiferente a nadie. Su peculiar forma de entender el fútbol y su facilidad de palabra hacen de él un entrenador diferente. Cuando el año pasado muchos comentábamos el gran potencial que se suponía a la plantilla del Rayo Vallecano, de la que en diversos foros y medios se destacó como probablemente la de mayor calidad de los últimos años, el técnico franjirrojo se afanó en rebajar las exigencias que estos calificativos pudieran añadir a su trabajo, indicando por activa y por pasiva que ese supuesto potencial había que demostrarlo sobre el campo y que el calificativo de mejor plantilla de la historia había que ganárselo sobre el terreno de juego. 

Hasta aquí todo normal y nada fuera de lo habitual en el técnico vallecano. La sorpresa, en cambio, llegó hoy. Cuestionado sobre si el equipo estaba empezando a alcanzar el nivel que el técnico espera, Jémez se mostró muy contundente y, dándole la vuelta a la tortilla, se convirtió en el mayor admirador de su actual plantilla. El entrenador franjirrojo afirmaba tener "mucha confianza" en unos jugadores que, según sus palabras, "no han dado ni el cincuenta por ciento de lo que creo que pueden dar". Jémez afirmó que la mentalidad tenía que ser "totalmente distinta, más valiente, ambiciosa e inconformista", añadiendo que esta temporada tenía que ser "nuestro año y, si queremos hacer algo importante, algo que nadie ha hecho en este club, tenemos que jugar con la mentalidad de no tener miedo a perder nada".

El míster franjirrojo alabó a sus jugadores afirmando que "hay mucho talento" en la plantilla, con "muy buenos jugadores que creo que todavía no saben lo buenos que pueden llegar a ser".