Muchos son los jugadores que a lo largo de los años apuntan maneras y generan comentarios del tipo "tiene mucha clase", "seguro que llega al primer equipo", "en unos años estará entre los grandes" o "si se mantiene a ese nivel...". Al final, y con el paso de los años, cada cual encuentra su sitio y la gran mayoría de ellos lo hacen fuera del equipo en el que 'apuntaban maneras'. Una de las generaciones perdidas del Rayo Vallecano fue aquella que militó en Segunda División B, tras un agónico play-off ante el Hospitalet, y del que apenas tres jugadores han alcanzado y se mantienen actualmente en Primera División.

Su entrenador por aquel entonces (temporada 2010/11), José Manuel Jimeno, dirige actualmente al Alcobendas C.F. de la Preferente madrileña, mientras su antecesor en el cargo, José Ramón Sandoval, sigue al frente del Granada en Primera División.

De aquel equipo que tan buen papel hiciera, únicamente Juan Carlos sobrevive en el Rayo Vallecano, aunque su camino no haya sido directo. El alcarreño tuvo que triunfar fuera del conjunto franjirrojo para regresar a casa. Su paso por Córdoba, tras recalar en el Hércules de Alicante a su salida de Vallecas, fue el escalón definitivo para que Felipe Miñambres y Paco Jémez decidieran repescarle. El cancerbero franjirrojo, y Lucas Pérez, actualmente en el Deportivo de la Coruña, son la cara más amable de una generación que ha visto como muchos de sus jugadores acababan en Segunda, Segunda B, Tercera o en el extranjero, buscando un futuro que se les negó, por diversos motivos, en Vallecas.

Lucas Pérez triunfando en su tierra tras emigrar a Ucrania

El caso de Lucas es el más conocido por el aficionado medio del Rayo Vallecano. El ex-jugador de la cantera franjirroja, que debutó con el primer equipo del Rayo, emigró a Ucrania para jugar en el Karpaty y el Dinamo de Kíev, antes de recalar en el Paok griego, de donde regresó al Deportivo la pasada campaña, lugar donde esta temporada está triunfando en el arranque liguero.

Junto a Lucas y Juan Carlos, otro futbolista que se mantiene en un Primera División es Hugo Fraile, que recaló en el Sporting de la mano de Sandoval y que, aunque no ha conseguido triunfar, sigue apurando sus opciones. El ex-jugador del Rayo Vallecano declaró a principios de temporada que se había visto beneficiado por las restricciones económicas que tenía el club de Mareo para fichar jugadores y que su renovación le serviría para demostrar que su debut en Primera División con el Getafe hace unas temporadas no fue fruto de la casualidad y sí del trabajo y capacidad que tiene su fútbol.

En Segunda División está el grueso de aquel equipo que hizo soñar a los aficionados del Rayo que siguen habitualmente las evoluciones del filial con contar con un equipo fuerte, capaz incluso de buscar cotas más altas. En Segunda están Diamanka, que milita actualmente en el Real Zaragoza y que también jugó en el Leganés, el delantero canario Rayco, que lo hace en el Nástic, Dani Provencio, que juega en el Mirandés, y Diego Benito, que pertenece al Albacete. Todos ellos, con idas y venidas y con el paso de las temporadas parecen haberse asentado en el segundo escalón de nuestro fútbol y luchan por mantener el nivel en equipos de mayor o menor nivel.

Entre Segunda B, Tercera y equipos fuera de España encontramos a otros jugadores de aquel Rayo B

En Segunda División B también hay varios de aquellos jugadores del filial vallecano. Es el caso, por ejemplo, del central Alcañiz que juega en el Sabadell, de Villarejo, que lo hace en la Cultural Leonesa, de Nono, que juega en el UCAM Murcia o de Ismael Gil, que defiende la portería del Fuenlabrada. En Tercera División, fruto de la lesiones o de su evolución futbolística, también encontramos a varios jugadores de aquel equipo. Guadaño milita en el Inter de Madrid, mientras que Jorge Sáez, tras quedarse sin equipo, encontró en el histórico Real Avilés un destino en el que buscar el salto a la Segunda División B de nuevo.

Con Pablo de Lucas en el Beitar Jerusalem, se cierra una plantilla en la que también militaron Tirso, Ivanov o Alberto Malagón "Tito", además de un jovencísimo Mario, que todavía milita esta temporada en el Rayo Vallecano como representante de una de las generaciones perdidas del Rayo Vallecano que, un año antes, aquel del ascenso en Hospitalet, contó con jugadores como Borja García o Alejandro Arribas, que también se han asentado en el fútbol profesional.