Tanto el Rayo Vallecano como el Espanyol, junto a los miles de aficionados presentes en el Estadio de Vallecas, brindaron un emotivo minuto de silencio por el fallecimiento del padre de Magdalena Córceles, empleada del club, y por la desaparición del abonado Alvaro Gómez, que falleció en un accidente.
Ambos conjuntos formaron en el centro del terreno de juego para dar un último y emotivo adiós a ambos, mientras desde el fondo se desplegaba un tifo en homenaje al seguidor franjirrojo.
