Lo nunca visto en Vallecas. La presentación de Luis Advíncula desbordó totalmente las nulas previsiones del Rayo Vallecano, convirtiendo su presencia sobre el césped de la ciudad deportiva en un 'desmadre a la vallecana' que solo pudo ser reconducido a duras penas por el jefe de prensa tras muchos intentos por ordenar una situación que se había desbordado desde el primer momento.

Media hora antes del acto, la ciudad deportiva vallecana empezó a verse 'invadida' por grupos de peruanos ataviados con la indumentaria de su selección (idéntica a la del Rayo) deseosos de recibir a su compatriota con los brazos abiertos por su llegada a Vallecas y al Rayo. Tras la presentación oficial en la sala de prensa, el resto fue puro caos. Varias decenas de aficionados, al advertir que no había ningún responsable de seguridad del club, decidieron bajar de las gradas para agasajar a su compatriota y, a partir de ahí, se desató la locura. El jugador, paciente y amable, respondió con una sonrisa a cada petición de autógrafo, foto, selfie... mientras los medios de comunicación convocados para la foto oficial de su puesta de largo como nuevo jugador rayista, esperaban pacientemente a que poco a poco se fuese desalojando el césped alrededor del jugador.

La expectación fue tremenda y muy vistosa, mal organizada, pero espectacular para un Rayo acostumbrado a realizar las presentaciones de sus futbolistas con muy poca expectación y con nula presencia de aficionados en sus graderíos.