Probablemente en las últimas semanas hayáis oído a Paco Jémez comentar la necesidad de cerrar la plantilla para poder trabajar con ella en pretemporada. Lo dijo en Austria confiando en que a su regreso a España hubieran llegado los fichajes. Y lo ha dicho tras cada partido amistoso posterior a su retorno.
Sus exigencias para devolver al Rayo Vallecano a Primera División pasaban por 8 fichajes en posiciones clave. De los 8 prometidos han llegado 4, 5 si metemos en el saco a Advincula con quién a priori no se contaba (Andrés Martín, Óscar Valentín, Federico Piovaccari y Esteban Saveljich), que apenas dan para cubrir las bajas y cesiones que ha tenido el equipo en verano (Kakuta, Sergio Benito, RdT, Amat...). Y los fichajes ni siquiera han sido presentados ante la prensa y la afición, prueba inequívoca de la dejadez con la que se trabaja en este Rayo Vallecano.
Los nombres de Medrán y de Ignasi Miquel llevan sonando semanas según nuestros compañeros de información rayista pero ninguna operación termina de concretarse. Lo mismo sucede con las salidas. El club se ha cerrado en banda en negociaciones sobre Adrián Embarba, Abdoulaye Ba y, sobre todo, Álex Moreno, que ha repetido hasta la naúsea que no desea continuar. ¿Se puede trabajar con una plantilla en la que hay futbolistas que no quieren seguir y cuyo recambio no ha llegado a escasos 6 días de que comience la Liga?
Paco Jémez no puede decir que no sabía lo que había porque en su anterior etapa ya trabajó como entrenador a las órdenes de Raúl Martín Presa. Plantillas tardías, elaboradas con un mínimo gasto (aunque los sueldos después son una pasada) y sin proyecto deportivo e institucional a corto, medio o largo plazo son la marca de la casa. Tampoco se confía demasiado en la cantera. Benito ya ha sido cedido y las quinielas no parecen muy diferentes para Sergio Moreno, Mario, Adrián Carrasco o Ketu.
Los resultados en pretemporada no suelen ser representativos de la suerte que en Liga espera al equipo. Pero seguro que al entrenador del Rayo Vallecano no le ha gustado ni un pelo no poder ganar ni uno solo de los 7 partidos que ha disputado. En nuestras crónicas lo hemos contado: el Rayo ha tenido buenos minutos de juego pero no se puede conceder tanto en defensa y fallar tanto en ataque. Y eso pasa por reforzar ambas posiciones.
Se acaba el tiempo para preparar la jornada inaugural frente al Mirandés y los deseos de Paco Jémez siguen siendo un brindis al sol porque no parece haber nadie al otro lado que escuche: ni fichajes ni fin del conflicto entre la afición y la Junta Directiva por los polémicos abonos.
Como aficionado no me salen las cuentas: 3 empates, 4 derrotas y 5 fichajes = 0 ilusión.
