Vallecas hoy no fue un lugar de plena celebración. Vallecas fue un foco a nivel mundial por la llegada de Falcao, pero también otro a nivel de andar por casa, porque el esplendor de la estrella colombiana se dio de bruces con la realidad del club franjirrojo. Mientras muchos aficionados hacían cola para recibir a la esperanza sobre el terreno de juego, muchos otros hacían cola en las taquillas del estadio durante todo un día para conseguir una entrada para asistir al próximo partido del Rayo. Estas son las dos realidades del club, la que deslumbra, y la que termina quemando todo lo que sucede a su alrededor.

Esta tarde la fiesta era en honor de Radamel Falcao, un futbolista que llega a Vallecas con la ilusión de hacer cosas importantes de nuevo en la liga española. El colombiano, recibido con mucho cariño por los aficionados (tanto rayistas de siempre como recién aterrizados) se dio un baño de masas que quedó 'marcado' por la reacción contraria que provocó en el mismo acto la presencia del presidente Raúl Martín Presa.

El Rayo, con el empujón definitivo de LaLiga, había organizado un recibimiento por todo lo alto para el jugador. Se abrieron las puertas del estadio para que los aficionados pudieran estar con su nuevo ídolo, montaron algún tímido efecto de luz para ambientar la tarde y metieron vatios de sonido para dar calor a una celebración que tuvo momentos álgidos en lo positivo, pero también en lo negativo.

El primero en querer hablar fue el máximo dirigente del Rayo. Raúl Martín Presa, tapado por los abucheos y los cánticos en su contra cada vez que intentaba decir algo, quiso destacar la importancia goleadora de Falcao y también intentó explicar por qué el jugador se había decantado por el dorsal número 3. Fue imposible. Martín Presa no podía hablar, su voz se apagaba con cada nueva palabra que articulaba. 

Una vez finalizada la intervención sin éxito del presidente llegó el turno del gran protagonista. Al grito de "Falcao sí, Presa no" empezó explicando por qué lucirá el dorsal número 3, elegido en honor a su padre fallecido. Explicó Falcao que su padre portó ese dorsal y que su elección sirve para recordarle en su llegada al Rayo Vallecano. El delantero, aclamado en todo momento por la afición que pobló el fondo del Estadio de Vallecas firmó balones que lanzó a los asistentes, posó para los medios gráficos, tanto en solitario como con su familia y finalizó su acto de presentación firmando infinidad de camisetas que el entregaban sus seguidores.

Falcao ya ruge en su nueva casa. El Tigre ya tiene nueva casa. Ese lugar donde todo el mundo le adora y donde todo el mundo le recuerda al presidente que lo mejor que puede hacer es marcharse.