El Rayo Vallecano visitaba la Catedral con la resaca de la goleada al Getafe y con las buenas sensaciones de sus partidos de visitante ante Sevilla, hasta la expulsión de Luca; Real Sociedad, donde se pudo rascar un punto que finalmente se esfumó y Levante, ante quienes se sumó el primer punto fuera de casa.

Iraola regresaba a casa y lo hacía de la mano de otro ex del Athletic, un Unai López que, ante la baja de Oscar Trejo, asomaba al once inicial del equipo vallecano, que también presentaba novedades en defensa, con la incorporación de Maras junto a Catena, y en punta de ataque, para la que el técnico confió en Guardiola en detrimento de Nteka.

El Athletic, con un viejo conocido de la afición vallecana como Marcelino en el banquillo, rotó al equipo buscando dar descanso a a algunos de sus jugadores. Hasta seis cambios poblaron de nuevas caras el once inicial del cuadro vasco.

El partido arrancó eléctrico por parte del Rayo, con la presión alta y con los veloces desmarques de sus hombres de banda intentando incomodar a un Athletic que tiene en la fortaleza defensiva su signo más distintivo en este inicio de temporada.

Golazo de Alvaro para abrir el marcador a los cinco minutos

Cinco minutos tardó el Rayo en poner su sello en el partido. Guardiola robó un balón a Vesga en la salida, lo cedió a Alvaro que, con un toque sutil, superaba a Unai Simón para poner el 0-1 haciendo temblar el precioso estadio de San Mamés. El Rayo golpeaba primero y ponía calma y tranquilidad a su fútbol, provocando las imprecisiones del rival y los nervios de la grada.

La primera media hora de fútbol del Rayo fue un auténtico escándalo. Las largas posesiones de calidad de los de Iraola desesperaban al conjunto vasco, que se veía incapaz de recuperar balones y que se tenía que limitar a perseguir sombras de lado a lado.

Poco a poco el Athletic iría recuperando su sitio hasta adueñarse del partido tras empatar el choque en un lanzamiento de falta lateral botada por Muniain e impulsada a su propia portería por Pathe Ciss. Los rojiblancos igualaban el partido y buscaban meter presión al Rayo en los minutos finales.

Hasta el descanso, el Athletic mantuvo la posesión con el Rayo apretando en la presión, y pudo adelantarse en el marcador en una ocasión de Nico Williams que pasaba junto al poste de la portería de Dimitrievski.

Athletic y Rayo firmaban las tablas en el entretiempo después de 45 minutos intensos en los que los vallecanos volvieron a ofrecer su habitual despliegue físico, redondeado con minutos de fútbol de salón.

Segunda parte con mucha lluvia y poco fútbol

Con la segunda mitad llegó el diluvio universal. La lluvia fue la gran protagonista de un partido que se rompió por momentos. Primero probó fortuna Alvaro García con un duro disparo al que respondió en dos tiempos Unai Simón y a renglón seguido sería Nico Williams el que lo intentó con un golpeo que salió desviado.

El principal peligro de los locales llegaba en acciones a balón parado que obligaban a Dimitrievski a emplearse a fondo, con el césped de San Mamés sufriendo la incesante lluvia que seguía cayendo sobre la capital vizcaína.

Para el tramo final, Iraola confió en Radamel Falcao, que sustituyó a un Unai López que estuvo a un gran nivel y que recibió el cariño de la grada de San Mamés en el cambio.

El partido, sin grandes alardes de calidad, se esfumaba entre los silbidos para Dimitrievski por arañar segundos al crono y los infructuosos intentos de un Athletic que fue incapaz de doblegar a un voluntarioso Rayo que, cuando todo indicaba que estaba finiquitado, encontró un premio extra. En el minuto 95, en una falta lanzada por Bebé, iba a aparecer Radamel Falcao para remachar a gol y dar la victoria a los de Vallecas. El Rayo asaltó la Catedral.