Un estadio de los de toda la vida pero reformado y adaptado a las necesidades del siglo XXI. Dos equipos modestos que han arrancado en su mejor nivel y sueñan con algo más que la permanencia. Y una afición que llenará las gradas para intentar llevar a su equipo en volandas hasta la victoria. Ahora sí que el fútbol ha recuperado parte de su esencia. El Rayo Vallecano rinde visita a Osasuna en El Sadar que estará casi lleno. Sólo faltará la afición visitante.

Porque la directiva del club franjirrojo rechazó el ofrecimiento de las entradas que recibió del club pamplonica. Se rompía así el sueño de decenas de aficionados que soñaban con el primer gran desplazamiento en muchos meses. Y no hay excusa ni disculpa: para cuando los navarros visiten Vallecas, las obras ya deberían haber terminado. Y si no, se podía haber encontrado otra solución al amparo de la Liga para favorecer al rayismo. Ni Presa ni Tebas han estado nunca interesados en la afición y esta no iba a ser una excepción.

Dejando de lado lo social, la fiesta futbolística está montada. No será un partido de siesta pese al horario. 23 goles a favor y 18 en contra contemplan a ambos equipos. Osasuna no ha ganado en casa y el Rayo llega tras asaltar la catedral en su última salida.

Iraola podría seguir rotando y dando minutos a sus jugadores. Dimitrievski, Balliu, Maras, Catena, Fran García, Santi Comesaña, Pathé Ciss, Bebé, Trejo, Álvaro García y Falcao podrían ser los titulares. En los navarros el 11 podría ser el formado por Herrera, Vidal, Unai García, David García, Oier, Torró, Torres, Moncayola, Brasanac, Rubén García y Chimy Ávila.

Melero López dirigirá el encuentro asistido desde el VAR por Medié Jiménez. Su último enfrentamiento tuvo lugar un 2 de febrero de 2018 con empate a 1 final en Segunda División. Para encontrar el último duelo en primera hay que remontarse a la temporada 2013/2014 con 3-1 favorable a los de Pamplona. La última victoria rayista en El Sadar fue en 2003 con gol de Julio Álvarez. Ya ha llovido...