Opinión. Hoy me he levantado con ganas de fiesta. Después de un largo viaje a tierras de meigas (que haberlas haylas) no puedo borrar de mi cabeza la imagen de todos aquellos que, una vez más, volvieron a dejar el nombre de Vallecas en lo más alto. Porque lo de esta gente no es normal.
Son innumerables los artículos de opinión que he escrito en este, mi medio, tu medio, para aplaudir a todos aquellos que semana a semana hacen de Vallecas un lugar único e incomparable. Son muchos los artículos de opinión que he escrito para agradecer el esfuerzo de los que, además, no tienen reparos (y pueden hacerlo, claro) en meterse 600 kilómetros o los que haga falta para apoyar a la franja roja. Cuando lo excepcional se convierte en habitual, parece que pierde fuerza, pero la realidad es otra.
Hoy, en la resaca de otra fiesta del fútbol, en la resaca de otra tarde-noche maravillosa para mí personalmente y para Pasión por el Rayo en todas sus modalidades (web, radio, redes sociales...), quiero volver a gritar bien alto que no hay nada como la afición del Rayo. Otras llenarán estadios de ochenta mil, viajarán por Europa con packs bien organizados, celebrarán títulos, pero son de lo más 'normalito'.
Vallecas, con las trabas habituales y sin ayuda de nadie, sigue siendo única y hoy sólo quiero celebrar con vosotros la barbaridad de afición que tiene el Rayo. ¡Una gozada disfrutar de todo esto con vosotros!