Han pasado ya unas horas desde el final del partido en el Estadi de Montilivi que hemos contado en directo en PxR Radio. Y pese al paso del tiempo uno no puede dar crédito a lo conseguido por el Rayo Vallecano de Andoni Iraola. Por primera vez en 20 años, los franjirrojos regresan a unos cuartos de final de Copa del Rey. Y lo hacen venciendo a un Girona con un resultado muy similar al que hace 7 meses conseguían el ascenso a primera división. Mismo resultado que entonces. Máxima alegria como entonces.

El partido comenzó con los de Míchel (suena raro referirse así al equipo rival) muy enchufados y llevando peligro al área de Luca Zidane. Pero el guardameta iba a realizar la mejor actuación de su vida. Su partido más completo. Por arriba, por abajo, en el mano a mano, en disparos desde lejos, en ejecuciones desde los 11 metros.

Hasta en dos ocasiones obró lo que parecía físicamente imposible. Un milagro con guantes que lograba mantener el 0-0 en el marcador. No se amilanaron los franjirrojos quienes por medio de Bebé intentasan sacudirse el dominio. La mejor de esos minutos para el Rayo la iba a tener Isi en un lanzamiento al palo.

La balanza no parecía decantarse hacia ninguna de las dos propuestas hasta que Bernardo metía el susto en el cuerpo a la afición rayista. Córner rematado a plazar desde el pico del área pequeña y 1-0. El error permitía al 'segunda' eliminar al primera. Pero el equipo rayista iba a sacar el 'espíritu Montilivi'.

Cuando la primera parte agonizaba Sergi Guardiola dejó claro que él también quería inscribir su nombre como uno de los héroes del encuentro. Desde la frontal enganchaba con la zurda un zapatazo que se colaba pegado a la base del palo y empatando cuando más daño hace a los equipos. Nada más sacar de centro, descanso.

Y por si el palo no hubiera sido suficiente, nada más arrancar el segundo acto la remontada. Incomprensible balón atrás cedido a Juan Carlos con hasta 5 futbolistas del Rayo en el área y Sergi Guardiola ponía la pierna ante el despeje del guardamenta del Girona para firmar el 1-2.

Con el marcador en contra Míchel puso todo lo que tenía en el césped y fue entonces cuando Zidane empezó su recital. Porque lo que no sabíamos era que lo de Zinedine estuvo bien pero que el que iba a dar alegrías a la afición rayista era Luca. Y de qué manera. Sus paradones evitaron una y otra vez el empate. El más difícil todavía llegó cuando Cordero Vega señalaba un dudoso penalty señalado a Óscar Valentín. Si pensaban que sus manos iban a temblar, nada más lejos de la realidad. Guante zurdo firme abajo e Isi que aparecía como un relámpago a mandar el rechace a córner. Una de esos momentos que hubieran hecho que Vallecas se viniera abajo.

Lo hizo pero a casi 700 kilómetros porque con el pitido final y tras casi 100 minutos de partido el Rayo Vallecano volvía a ganar en el Estadi de Montilivi de Girona. Y todo gracias a un milagro con guantes.