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EMPATE

Granada 2-2 Rayo Vallecano: El Rayo 'se sale' en la primera parte y casi se ahoga en la segunda

El diferente criterio en las tarjetas indignó a un Rayo que además vio cómo se indicaba un penalti a instancias del VAR

Escrito por Domingo, 03 Abril 2022

    El Rayo empató ante el Granada tras una excepcional primera parte y una segunda en la que terminó sufriendo tras la expulsión de Comesaña y el penalti de Mario Suárez.

    Granada 2-2 Rayo Vallecano: El Rayo 'se sale' en la primera parte y casi se ahoga en la segunda

    Ficha técnica:

    Granada C.F. (2): Maximiano, Escudero, Luis Milla (A), Germán, L. Suárez (Arezo, minuto 77) (A), Puertas, Quini (Unzuni, minuto 60), Petrovic (A), Domingos, Molina y  Collado.

    Rayo Vallecano (2): Dimitrievski, Balliu, Catena (A), Mario Suárez, Fran García, Óscar Valentín (Mario Hernández, minuto 85), Santi Comesaña (A)(A), Isi (Maras, minuto 85), Nteka (A) (Unai López, minuto 60) Alvaro (Ciss, minuto 72) y Sergi Guardiola (Sylla, minuto 72).

    Arbitro: Hernández Hernández.

    VAR: Iglesias Villanueva.

    Goles: 0-1. Minuto 5. Catena; 0-2. Minuto 16. Guardiola; 1-2. Minuto 67. Molina; 2-2. Minuto 92. Milla de penalti.


    GRANADA 2 (Molina y Milla) - RAYO VALLECANO 2  (Catena y Guardiola)

     

    El Rayo Vallecano quería recuperar en Granada la seguridad perdida durante una segunda vuelta en la que funcionaba todo o casi todo salvo el acierto de cara a portería. Con la ausencia de Trejo, sustituido por Nteka en la media punta, Iraola volvió a 'tirar de manual' para componer un once de garantías con el que lograr una victoria que devolviera la tranquilidad a Vallecas mientras acercaba el objetivo de la salvación, alejando además a un rival directo.

    Empezó el Rayo con una intensidad, un vigor y una velocidad digno de un equipo que se juega la vida y que sabe que es capaz de ganar a cualquier rival y en cualquier escenario (o casi). Fruto de ello llegó un primer remate de Guardiola, despejado con apuros por Maximiano, el gol de Catena a los cinco minutos a la salida de un córner bien puesto por Isi, un remate cruzado de Alvaro que salió fuera por poco y otro gol de Guardiola tras asistencia de Alvaro dentro del área. En un cuarto de hora el partido sólo tenía un dueño y ese era el mejor Rayo de la temporada en juego, en intensidad y, recuperando la efectividad de la primera vuelta, también en remate a portería.

    El Rayo era tan superior que no pasaba un minuto sin inquietar a su rival. Las llegadas por banda eran la tónica de un vertiginoso partido que estaba volcado desde su arranque hacia la portería de un Granada que no sabía cómo evitar tanto sufrimiento. Nteka lo probó con un remate de cabeza a centro de Balliu que se marchaba fuera. El Rayo seguía insistiendo, el Granada intentaba resistir como podía. Alvaro llegó por banda izquierda y remató con su pierna derecha obligando al portero a despejar con apuros, mientras Isi, que recogía el despeje, volvía a probar suerte. 

    La primera media hora fue una avalancha constante de un Rayo suelto, cómodo y vertical que seguía maniatando a un Granada que contabilizó su primer disparo a puerta en el minuto 37 en un remate 'mordido' de Quini que no inquietó a un inédito Dimitrievski. El Rayo había bajado algo el 'pistón', el Granada quería meterse en el partido, pero todo el pescado estaba vendido tras la exhibición vallecana de la primera mitad.

    Polémico inicio y final de segunda parte

    Nada más arrancar la segunda mitad el Rayo se quedaba con un futbolista menos coincidiendo con un arranque algo más esperanzador de los nazaríes. Comesaña, que había recibido cartulina amarilla al cortar una contra, cometía apenas unos minutos más tarde una falta merecedora de la segunda tarjeta amarilla. No hubo duda en la expulsión, pero sí en la manera. En una acción similar, Hernández Hernández decidió no expulsar a Petrovic y dialogar con él, mientras que con Comesaña no tuvo miramientos. El enfado de Iraola y los suyos fue de órdago.

    Con uno menos, el técnico franjirrojo miró al banquillo para buscar a Unai López, mientras Jorge Molina estrellaba un remate en el palo de la portería de Dimitrievski. El partido había cambiado y se parecía al de la primera parte como el día a la noche. Ahora era el Rayo el que se defendía como podía ante un Granada crecido que olía sangre y quería tumbar a un 'tocado' Rayo.

    Con el cambio radical que dio el partido nos encontramos a un Rayo mucho más directo, que buscaba alargar las acciones y que pasara el excesivo tiempo que quedaba. Lo consiguió por momentos, pero de nuevo Jorge Molina, un delantero centro que conserva intacto su instinto goleador iba a rematar a puerta, ahora con más acierto. Minuto 67 y el partido se apretaba en el marcador, mientras seguía volcado hacia terreno de juego franjirrojo. Había que apretar los dientes y seguir peleando para mantener la ventaja.

    Iraola era expulsado en el 71 tras ser 'cazado' por el colegiado pidiendo a Alvaro que se lanzara al suelo para alargar el cambio. La importancia de los puntos llevaba el partido a una tensión extrema en la que el Rayo jugaba a aquello que tanto molesta cuando te toca en contra. Poco juego efectivo, mucha interrupción, ninguna continuidad y mucho, demasiado sufrimiento.

    Jorge Molina intentó sorprender a Dimitrievski con un remate de espalda y de tacón que detuvo el portero macedonio. El Granada seguía volcado hacia el área de un Rayo que se defendía con todo y que mandaba balones arriba para su hombre más adelantado, Sylla, sin éxito. El partido había cambiado de color y sólo quedaba defender los diez minutos que quedaban.

    El Rayo aguantó hasta que se señaló el tiempo añadido (9 minutos) y el VAR 'entró de oficio' para señalar penalti por mano de Mario Suárez en un salto emparedado por dos rivales. Hernández Hernández revisó la acción en la pantalla y señaló un penalti que lanzó el ex rayista Milla para empatar el partido. El Rayo se ahogaba en la orilla dejando escapar, por todo lo explicado en esta crónica, una victoria que le hubiera acercado a la salvación, y que pudo haber sido peor si Molina hubiera acertado en la última que rozaba el larguero. Tocará seguir sufriendo.


     
     

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