Las apuestas hay que hacerlas y, una vez tomadas las decisiones valorar si fueron acertadas o no. Gestionar un equipo de fútbol, en cualquier categoría, conlleva esa toma de decisiones que muchas veces son criticadas, incomprendidas o poco valoradas. Porque recordemos que en esto del fútbol, cada aficionado es un entrenador en potencia y que todos sabemos mucho de todo esto.
Lo de ayer del Molinón fue una decepción, sí, porque la ilusión que se vivía en el entorno del Rayo y dentro del grupo era tremenda. El resultado viene a demostrar, a posteriori, por supuesto, que la idea no salió bien. Andoni Iraola decidió que ante el Sporting lo mejor era una combinación de titulares y suplentes que, en caso de necesidad, se terminaran convirtiendo en titulares de pleno derecho para salvar los muebles. Y la cosa no funcionó.
En el Molinón el Rayo jugó con Catena, Lejeune, Oscar Valentín y Alvaro, titulares en liga, y completó el equipo con Diego López, Mario Hernández, Chavarría, Unai López, Nteka, Salvi Sánchez y Falcao, suplentes en liga. Pero viendo que las cosas no funcionaban y que la eliminatoria se escapaba de las manos, terminó jugando únicamente con Mario Hernández y Diego López de los 'suplentes', puesto que Fran García, Comesaña, Isi, Trejo y Camello reemplazaron a Chavarría, Unai López, Salvi Sánchez, Nteka y Falcao.
Tampoco así se consiguió salvar la situación. Seguramente muchos de vosotros habríais apostado por un equipo mucho más titular para pasar de ronda, o mucho más suplente pensando en el Betis el domingo. El caso es que, visto lo visto, lo de ayer no salió como esperábamos. La gestión se convirtió en indigestión, pero hay que pasar página cuanto antes para no traspasar la decepción a la liga.