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¡Ahora, Rayo, ahora!

Escrito por Sábado, 08 Febrero 2014

    El Rayo Vallecano tiró de orgullo para arrollar a un Málaga que llegó a Vallecas con la intención de salir del pozo y salió escaldado tras el repaso recibido en la primera mitad. El Rayo respira, pero no deja de sufrir.



    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (4):Rubén, Arbilla (A), Saúl (A), Zé Castro, Nacho (A), Baena, Trashorras (Adrián, minuto 54), Bueno, Rochina (Lass, minuto 54), Falque y Larrivey (Longo, minuto 72).

    Málaga C.F. (1):Willy Caballero, Antunes (A), Flavio, Angeleri, S. Sánchez (A)(A), Camacho (A), P. Morales (Casado, minuto 45), Samuel, Amrabat, Juanmi (Iankovenko, minuto 62), P.Pérez (A)(Darder, minuto 45).

    Arbitro: Mateu Lahoz.

    Goles: 1-0. Minuto 25. Falque; 2-0. Minuto 27. Arbilla; 3-0. Minuto 44. Larrivey, de penalti; 4-0. Minuto 63. Falque; 4-1. Minuto 72. Iankovenko.


    El Rayo Vallecano consiguió una importantísima victoria cuando más lo necesitaba. La visita del Málaga, presentada ante todos como un "mucho o nada", ha servido para que los de Paco Jémez demostraran al público en general que 'se puede' y a sí mismos que son capaces de competir con cualquiera.

    La primera parte del Rayo fue para enmarcar. Enchufados desde el primer minuto, los vallecanos fueron capaces de asfixiar a un Málaga que llegó a Vallecas de parranda y se llevó un saco tras una primorosa primera mitad en la que arrollaron a un rival incapaz de digerir tanto empuje. Para iniciar las hostilidades, el técnico local dispuso sobre el terreno de juego el mismo equipo que arañó un punto ante el Levante, con las variaciones obligadas de Tito en el costado derecho, suplido por Arbilla y con la entrada de Nacho en el opuesto, y del lesionado Jonathan Viera, con Bueno como sustituto del canario.

    En la semana previa al choque, el Rayo y su afición se habían conjurado para hacer del partido de esta tarde un auténtico infierno para los de Schuster, que tuvo que presenciarlo desde la grada por su sanción tras el derbi con el Sevilla. Y entre todos consiguieron su objetivo. El primer acercamiento, en el minuto uno, sirvió de preámbulo a una primera mitad de garra, empuje, buen juego y efectividad vallecanas. El centro de Arbilla no era cazado ni por Bueno ni por Larrivey. Ambos delanteros se mostraron como la avanzadilla del trabajo, el esfuerzo y la solidaridad de un equipo que sabía que ganando al Málaga no cerrarían sus heridas, pero perdiendo dirían adiós a muchas de sus opciones de seguir soñando.

    Iago Falque se unió a la brega de los puntas y, recuperando su mejor versión, se inventó un auténtico golazo. Su acción individual, con dos caños incluidos, fue culminada con un remate junto al palo de la portería de un Willy Caballero que todavía no se imaginaba la que se le venía encima. No se había cumplido la primera media hora de encuentro, y apenas habían pasado dos minutos desde el gol de Falque, cuando Arbilla, con un remate desde la frontal, y ayudado por la fortuna en forma de rechace inesperado, conseguía el 2-0 premiando la valentía, el esfuerzo y el trabajo de un Rayo totalmente abrumador. La afición, que había entendido y asimilado el mensaje desde el principio, correspondía con más presión sobre Mateu Lahoz, colegiado del encuentro, y sobre un Málaga totalmente desconcertado sobre el césped.

    Con el Málaga desactivado y tras un buen intento de Saúl que se marchó fuera, llegó la puntilla definitiva que provocaría el enfado de Bern Schuster, escenificado en la rueda de prensa posterior al encuentro. Larrivey intenta recibir un envío dentro del área siendo derribado por Sergio Sánchez, que recibe la segunda cartulina amarilla y deja a los suyos en inferioridad. Ante la ausencia de Viera, lanzador habitual de los penaltis, el argentino tomaba la iniciativa y anotó el 3-0 para cerrar una gran primera mitad.

    El Rayo bajó el ritmo y, pese a la superioridad numérica, permitió que el Málaga igualara las sensaciones

    La segunda mitad cambió totalmente el decorado del encuentro. El Rayo ya sabía que la victoria era cuestión de trabajar la faceta defensiva y olvidó, casi por completo, el camino que le había llevado al rotundo éxito de la primera mitad. El balón ya no circulaba con la misma velocidad, las ayudas bajaron en intensidad, el control desapareció y el Málaga creció en presencia y probó a un casi inédito Rubén.

    Antes de empezar a generar cualquier tipo de duda, y con Rubén pidiendo a gritos una cartulina amarilla por desmesuradas pérdidas de tiempo, volvió a aparecer el hombre del partido. Iago Falque se inventaba el cuarto de la tarde llevando el delirio a una grada que tenía que frotarse los ojos para comprobar si este equipo era el mismo que durante tantos y tantos partidos les había hecho sufrir y desesperar. Lo era, aunque en la recta final del choque desapareciera para asemejarse más al pasado que a lo que todos esperan sea el futuro.

    Samuel y Amrabat pudieron recortar distancias, pero fue Iankovenko, que había entrado en la segunda mitad, quien tuviera el honor de anotar el único tanto de los andaluces, cerrando una noche negra para el Málaga y una bocanada de aire fresco para un Rayo que, con la derrota del Betis y el Granada, espera la resolución definitiva de la jornada antes de pensar en su visita al Camp Nou el próximo sábado.

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