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El delantero Bakambu, en dos 'arreones', cerró las opciones del Rayo

Buenas sensaciones sin resultado

Gran partido de los vallecanos, que vuelven con las manos vacías a Vallecas

Escrito por Domingo, 06 Diciembre 2015

    El Rayo sufrió un duro golpe ante el Villarreal perdiendo un partido (2-1) en el que fue mejor que su rival.

     


    Ficha técnica:

    Villarreal (2): Areola, Jaume Costa (Manu Trigueros, minuto 45), Bailly, Ruíz, Adrián Marín, Jonathan Dos Santos (A) (Musacchio, minuto 77), Pina (Castillejo, minuto 45), Bruno, Suárez, Soldado y Bakambu.

    Rayo Vallecano (1): Yoel, Tito, Zé Castro (A), Llorente, Quini (A), Jozabed, Baena (A), Ebert (Embarba, minuto 20), Pablo Hernández (Miku, minuto 74) (A), Bebé (Manucho, minuto 81) y Javi Guerra.

    Arbitro: Estrada Fernández.

    Goles: 0-1. Minuto 41. Jozabed; 1-1. Minuto 68. Bakambu; 2-1. Minuto 85, Bakambu.


    El Rayo Vallecano jugó un partido sobresaliente en el Madrigal ante un Villarreal al que superó durante todo el encuentro pero ante el que sucumbió en dos 'arreones' de los levantinos, que acabaron con la resistencia de un Rayo dominador pero con mucha menos pegada que su rival.

    Pintaban mal las cosas de inicio para un Rayo Vallecano que llegaba a Villarreal con las buenas sensaciones de la copa, pero con la necesidad de sumar tres puntos que le permitieran alejarse de los puestos de peligro en la tabla. Además, la intención de los de Jémez de recobrar las buenas sensaciones ante uno de los grandes de la liga echaba más leña a un fuego mal entendido en el partido 'intersemanal', pero encauzado de manera extraordinaria en la primera mitad del duelo de Villarreal. Pintaban mal las cosas porque Trashorras, sancionado, no podía ser de la partida, porque Nacho, incluido en la lista, se caía a última hora, porque Lass, que debía jugar de inicio se resintió de unas molestias y se quedó fuera y porque Ebert, que fue titular, tuvo que salir del campo lesionado a los veinte minutos.

    Con tanto contratiempo, el once inicial que pensaba Jémez con Nacho en la izquierda, Tito en la derecha y Lass en zona ofensiva, se vería trastocado hasta el punto de contar con dos laterales diestros, con Tito a pierna cambiada, y un Bebé titular, que había quedado para el banquillo en el planteamiento inicial. Para colmo, con la temprana lesión de Ebert, Embarba tendría que incorporarse al juego para ayudar a Pablo Hernández y Bebé y para apoyar a un Jozabed que estuvo a gran nivel y que se convertiría en el gran protagonista de la primera mitad. El sevillano, que pasa por ser el heredero natural de Trashorras, se complementó a la perfección con el siempre efectivo Raúl Baena, que se perderá el duelo ante el Málaga por sanción y que 'barrió' cualquier atisbo de control del juego por parte de un Villarreal muy vertical, pero totalmente maniatado por la presión vallecana.

    Ahí estuvo una de las claves del primer período. La presión de todo el equipo, la línea defensiva adelantada casi hasta el medio campo y la generosidad y las ayudas de todos los jugadores brindaron una primera parte espectacular de un Rayo que se creyó superior a un Villarreal que dejaba todo en manos de la velocidad y la sorpresa de sus jugadores de ataque, Bakambu y Roberto Soldado.

    Llorente estuvo espectacular al corte, Tito hizo perfectamente las coberturas para cerrar las llegadas por banda contraria y Quini, que sufrió ante las acometidas de Denis Suárez, recibió la ayuda de todos sus compañeros para evitar que la calidad del extremo del equipo amarillo se tradujera en ocasiones claras de gol. Cuando se produjeron apareció la figura estelar de un Yoel que, sin demasiado trabajo, volvió a solventar con garantías los intentos de los castellonenses.

    Entre tanto, el Rayo seguía con su juego de creación desde la defensa. Embarba tomó el relevo de Bebé, que fue de más a menos, y provocó peligrosos desequilibrios en la zona de retaguardia del Villarreal. Fruto de una de las acometidas franjirrojas, Jozabed conseguía el premio buscado con un gran remate por la escuadra de la portería de un Areola que nada pudo haber por detener el 'obús' del jugador andaluz. El Rayo tomaba ventaja en el marcador y encarrilaba un partido que se resolvería definitivamente en el segundo período.

    La falta de contundencia del Rayo, penalizada por la 'pegada' del Villarreal

    La falta de pegada de los vallecanos penalizó en exceso a un Rayo superior. Esa es la lectura principal de lo acontecido en la segunda mitad de un partido que congeló las aspiraciones franjirrojas en apenas dos 'arreones' de los amarillos. Antes de la resolución final, Embarba estuvo cerca de lograr el segundo con una gran acción individual que casi encuentra la colaboración de Víctor Ruiz para golear a Areola. Finalmente el defensa se rehízo para salvar bajo palos. Posteriormente sería Diego Llorente el que obligaría al cancerbero de los levantinos a realizar una gran intervención, tras un excepcional remate de cabeza del central a la salida de un córner.

    El partido no cambiaba de rumbo, el Rayo seguía mandando y la grada del Madrigal empezaba a desesperarse ante la evidente superioridad de su rival. 

    Conforme se iban consumiendo las fuerzas de los franjirrojos, el Villarreal pareció dar medio paso al frente y en apenas cinco minutos de zozobra vallecana, Bakambu aprovecharía para igualar el encuentro tras una gran asistencia de Roberto Soldado dentro del área de Yoel. Pese al inesperado golpe, el Rayo siguió creyendo en sus posibilidades y, explotando la banda izquierda, ante la leve oposición de Jonathan Dos Santos, provocó nuevas situaciones de peligro cerca del área local. Bebé encontró un filón en ese costado, recogiendo el testigo de un Embarba que también lo había hecho minutos antes, y fruto de su superioridad en banda llegaría la última gran ocasión franjirroja con un potente disparo que despejó Areola.

    Con el partido controlado, el Rayo siguió jugando a lo suyo, mientras Jémez metía más leña a las calderas ofensivas. Manteniendo a Javi Guerra, el técnico franjirrojo daría entrada primero a Miku y posteriormente a Manucho, en busca del tercero que cerrase el partido. Pero, lejos de esto, lo que llegó fue un nuevo empujón de los locales culminado de nuevo por Bakambu para destrozar las ilusiones de un gran Rayo. Al final, las buenas sensaciones se quedaron sin resultado y el equipo deberá empezar a mirar hacia abajo más que hacia arriba.

     

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