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El Real Madrid marcó diez goles contra un Rayo que jugó con nueve jugadores durante una hora

Diez contra nueve

La lamentable actuación de Iglesias Villanueva fue clave en la goleada

Escrito por Domingo, 20 Diciembre 2015

    El Real Madrid goleó al Rayo Vallecano (10-2) en un partido marcado por las expulsiones de Tito y Baena, que dejaron al conjunto franjirrojo con nueve sobre el césped a la media hora.


    Ficha técnica:

    Real Madrid (10): Keylor Navas, Marcelo, Pepe, Sergio Ramos, Danilo, Kroos, Modric, James Rodríguez, Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema.

    Rayo Vallecano (2): Yoel, Tito (R), Amaya, Zé Castro (Montiel minuto 80), Nacho (A), Baena (A)(A), Trashorras (A), Jozabed, Pablo (Quini, minuto 21), Lass (Bebé, minuto 62) y Javi Guerra.

    Arbitro: Iglesias Villanueva.

    Goles: 1-0. Minuto 3. Danilo; 1-1. Minuto 10. Amaya; 1-2. Minuto 12. Jozabed; 2-2. Minuto 25. Bale; 3-2. Minuto 29. Cristiano Ronaldo, de penalti; 4-2. Minuto 41. Bale; 5-2. Minuto 48. Benzema; 6-2. Minuto 53. Cristiano Ronaldo; 7-2. Minuto 59. Bale; 8-2. Minuto 70. Bale; 9-2. Minuto 78. Benzema; 10-2. Minuto 89. Benzema.


    Hoy podríamos estar ante la crónica más larga o más corta de la temporada. Todo depende de si nos quedamos con los simples números, con los goles, con los remates o con las ocasiones, que habría mucho que contar, o si nos vamos a las causas de todo eso, que acabaríamos muy pronto. La versión larga agradaría a los amantes de los resultados, a aquellos que disfrutan viendo a su equipo golear y que cuentan con alegría los 'hat-trick', póker o repoker de las afamadas estrellas del Real Madrid. Sería muy poco profesional por nuestra parte limitarnos, como sin duda harán muchos, a los goles del equipo de un Benítez que, lejos de salir reforzado del partido de hoy, evidenció que nadie le quiere en el Bernabéu. Ni a él ni a algunos jugadores, que fueron 'pitados' por su propia hinchada, sobre todo cuando el Rayo era un equipo completo y trataba a los blancos en igualdad y sin complejos.

    Más allá de los problemas en la casa ajena, el Rayo, que también tiene los suyos, se encontró con otro que no pudo superar. La lamentable actuación del colegiado en la tarde de hoy también daría para una versión larga de lo sucedido en el Bernabéu y, aunque es de mediocres apoyarse en la actuación arbitral para justificar ciertas cosas, lo de hoy fue un cúmulo de despropósitos que a otros quizá no hagan tanto daño, pero a uno de los equipos más pequeños de la liga terminó por destrozar. El resumen, por terminar pronto y rápido, sería que dejó al Rayo con nueve (lo de Tito tiene un pase, la expulsión de Baena y el penalti a favor del Madrid son el tipo de jugadas que en el área de Keylor Navas hubieran pasado al típico "jueguen, jueguen"). Las continuas tarjetas a los jugadores del Rayo y la humillación de los dos minutos de añadido cuando el marcador era un reflejo de su incapacidad, finiquitaron una actuación que puso en bandeja la goleada a los madridistas.

    El Rayo arrancó el partido con su típico juego de manejo del balón, con superioridad en la posesión y la disposición sobre el campo y con el marcador en contra a los tres minutos de juego. Una contra, un remate de Danilo y el primero para abrir boca. Apenas se habían asentado sobre el césped ambos equipos y la tarde no pintaba bien para el 'Rayito'. Pese a todo, el conjunto vallecano se olvidó de este inicio tan poco halagüeño y con un gran fútbol fue muy superior al Real Madrid. Amaya y Jozabed daban la vuelta al marcador y ponían el nerviosismo 'a flor de piel' en el Coliseum blanco. Los gritos de ánimo se transformaban en silbidos, en gritos contra los jugadores, en "Florentino dimisión" y en gestos de Cristiano a la grada y viceversa. 

    El conjunto de Jémez era mucho mejor que el Madrid, sabía a lo que jugaba, se encontraba cómodo y buscaba redondear la tarde con un gran Lass por un costado y con Jozabed entre líneas. Hasta que pasó lo que nadie podría esperarse y todo se precipitó. Tito hizo una clara falta sobre Kross en el medio del campo y fue expulsado. El partido empezaba a cambiar de rumbo con 1-2 para el Rayo y con nerviosismo en torno a uno de los favoritos a ganar la liga. Bale empezó a los diez minutos de este suceso a abrir el camino que Iglesias Villanueva se encargaría de allanar. El empate del galés, sumado al penalti más expulsión de Baena a los veintiocho minutos, serían la puntilla definitiva para un Rayo que siguió intentando por todos los medios defender su estilo y su propuesta. A partir de ahí, ya no pudo ser.

    Tras el 3-2 de Cristiano en la acción del penalti y el 4-2 de Bale al filo del descanso, todo hacía presagiar lo que finalmente ocurriría. La segunda mitad, contra nueve, el Madrid movió el balón de lado a lado buscando los huecos que dejaba la merma numérica y física de los de Jémez. Así irían cayendo uno tras otro los goles que hacían sangre en una herida abierta y dolorosa, que los jugadores vallecanos intentaron cerrar a base de jugar al fútbol. El Rayo no perdió la dignidad que le habían robado y siguió tratando con el mismo gusto e intenciones el balón, ni un balonazo a la defensiva, ni una mala patada, profesionalidad por los cuatro costados.

    Benzema, que no había aparecido en la primera mitad, mostró su versión rematadora para marcar tres tantos, Bale otros dos y Cristiano uno para redondear una goleada histórica que no puede dejar en mal lugar a un grupo de profesionales que siguió atacando pese al 'saco', que siguió corriendo pese a la inferioridad numérica y que siguió defendiendo ese escudo y esa camiseta que todos vistieron con el orgullo que merece sentirse parte de un proyecto como el del Rayo.

    El colofón, con el añadido apoyado en un reglamento absurdo y con la grada del Bernabéu de uñas con los suyos pese a la goleada, no sirvió más que para provocar lágrimas de rabia en un vestuario hundido por los goles, pero orgulloso por la imagen en igualdad numérica. Este año tampoco pudo ser, pero que nadie tenga dudas... porque habrá más.

     

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