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El Atleti impone su estilo gracias a sus estrellas

Escrito por Miércoles, 30 Diciembre 2015

    El Atlético de Madrid consiguió derrotar al Rayo gracias a los goles de Correa y Griezmann en los minutos finales de un duelo dominado por los de Jémez.


    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (0): Yoel (A), Quini, Zé Castro (A), Dorado (Chengdong, minuto 81), Trashorras, Llorente (A) (Miku, minuto 88), Jozabed, Lass (Bebé, minuto 70), Pablo Hernández, Manucho y Javi Guerra.

    Atlético de Madrid (2): Oblak, Godin, Koke, Griezmann, Torres (A)(Thomas, minuto 62), Oliver (Correa, minuto 58), Saúl Gámez (A), Juanfran, Carrasco (Jackson Martínez, minuto 68) y Giménez (A).

    Arbitro: Sánchez Martínez.

    Goles: 0-1. Minuto 88. Correa; 0-2. Minuto 89. Griezmann.


    Las estrellas, justo lo que le falta al Rayo Vallecano, fueron la clave que provocó la victoria del Atlético de Madrid sobre un Rayo Vallecano que fue mejor que su rival durante ochenta minutos, peor que su rival durante diez y que terminó pagando su esfuerzo en los instantes finales. En realidad, para ser exactos, la clave estuvo en las estrellas y en Thomas, una de las nuevas perlas del equipo colchonero que provocó el cambio necesario para que los rojiblancos, con un fútbol rácano, directo y aburrido, terminaran derrotando a un voluntarioso Rayo que fue fiel a su estilo desde el primer al último minuto del derbi. Tras Thomas llegaron Griezmann y Correa para hacer los goles que decantaban un partido que llegó en empate hasta el minuto 88.

    Jémez no se volvió loco, le volvieron loco "las circunstancias". En esta ocasión el técnico franjirrojo, que acudía al partido con las bajas en defensa de Tito, Nacho y Rat y con la ausencia de Baena, tuvo que improvisar cuando se percató de un problema físico durante el calentamiento de Antonio Amaya que le obligaba a ser valiente o temerario. Jémez apostó por la valentía plantando sobre el césped a un equipo con tres defensas y con Diego Llorente en el centro del campo para ganar superioridad en el medio, pese a sacrificar las bandas. La temeridad hubiera venido por la apuesta de un Chengdong que no está al nivel necesario para este campeonato o de un jovencísimo Akieme, al que probablemente le hubiera venido algo grande un debut de noventa minutos ante uno de los aspirantes al campeonato de liga.

    Con Quini, Zé Castro y Dorado en la última línea de contención, el técnico vallecano obligaba a Pablo y Lass a estar muy atentos en las coberturas, pero dotaba al equipo de una extraordinaria presencia en el centro del campo que hacía tener superioridad y que sorprendía de primeras al equipo del Cholo Simeone. Trashorras ganaba presencia en los duelos individuales, Jozabed intentaba progresar hacia los metros finales para enganchar con Javi Guerra y con Manucho, mientras Llorente, quizá el más desubicado de todos, trataba de no naufragar ante la presión de los rojiblancos.

    El balón era del Rayo y el Atleti, fiel a su estilo, buscaba la verticalidad, los balones largos y las carreras de Griezmann y Fernando Torres. En los primeros minutos Manucho lo intentó de volea y Zé Castro a la salida de un córner, mientras los del Manzanares respondían con buenos remates salvados por el mejor del Rayo en la primera mitad, el cancerbero Yoel. Javi Guerra peleaba todos los balones y el resto del equipo ayudaba en la presión para recuperar la iniciativa tras cada pérdida, buscando el gol que abriese un partido con dos equipos tratando de imponer sus antagónicos estilos.

    Tras el descanso el Rayo salió incluso mejor que en la primera mitad. El balón seguía siendo suyo y, mientras las fuerzas aguantaron, su fútbol desarboló a un Atlético a merced de los franjirrojos. Javi Guerra y Lass, con un gran disparo, estuvieron cerca de adelantar a los vallecanos. Consumidos los primeros quince minutos empezó el 'baile' de cambios que terminarían por decantar el partido. Thomas entró en los rojiblancos y Lass, que había sido el mejor del Rayo hasta ese momento (con permiso de Yoel) dejó su sitio, recibiendo la gran ovación de la noche, para permitir la entrada de Bebé.

    El cambio en los colchoneros supondría un punto de inflexión definitivo en el choque. El Atlético, aprovechando el bajón físico de los locales, empezó a jugar algo más desahogado y, primero con una lanzamiento de falta despejado por Yoel y posteriormente con un remate de Godin al larguero, empezó a sembrar razonables dudas sobre la capacidad de aguante de un soberbio Rayo, que terminaría cayendo en los dos minutos finales. Correa y Griezmann, con dos acciones fulgurantes, dinamitaron un partido en el que la afición de Vallecas terminó orgullosa de su equipo y preguntándose ¿qué más tiene que hacer el Rayo para ganar un partido? La respuesta habrá que buscarla en el duelo ante la Real Sociedad que abrirá el nuevo año.

     

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