El Rayo Vallecano afrontará mañana (Vicente Calderón - 20,30 horas) el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey que le enfrenta al Atlético de Madrid. El conjunto vallecano acude a la ribera del Manzanares sin presión y consciente de que todas sus opciones pasan por llevar el choque a la locura más absoluta, a un intercambio de golpes en el que aparezca la posibilidad de "asustar" al actual líder de la Primera División española. Todo lo que se salga de ese guión será, a priori, favorable para un Atlético de Madrid al que gustan los 'partidos-control'.

Con la excusa del presupuesto, de la diferencia de potencial de sus plantillas, del resultado del partido de ida (1-1) y de la actual situación en la clasificación de la liga, el Rayo llegará al Calderón a dar la sorpresa, sin presión y sin nada, absolutamente nada, que perder. Para lograrlo, los vallecanos intentarán plantear la misma guerra a la que llevaron la eliminatoria de la pasada edición ante el Valencia, un partido abierto, con muchas ocasiones, con muchos goles, en el que el abanico de opciones no solo incluya al conjunto colchonero.

La ausencia de Javi Guerra en Mestalla podría permitir a Jémez utilizar al delantero malagueño para esta aventura. El ariete franjirrojo cumplirá un partido de sanción por acumulación de tarjetas, circunstancia que llevará a algunos cambios de planteamiento, como ya ocurriera con Diego Llorente en el partido de ida disputado en el Estadio de Vallecas. Además, la presencia de los jóvenes Akieme, Clavería y Joni Montiel parece asegurada en un equipo que presentará su "versión copera", seguramente con el regreso de Chengdong, Bebé y una nueva apuesta por Miku.

El empate del partido de ida dejará poco margen de maniobra para un Rayo que tiene la cabeza puesta en su apurada situación liguera pero que, apoyado en la mentalidad de su entrenador, considera como partido más importante "el siguiente". Así las cosas, sin presión pero con hambre de victorias, el Rayo llegará al Calderón a aguar la fiesta a un equipo que se sabe con pie y medio en la siguiente ronda.