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El Rayo sale muy reforzado de Mestalla tras realizar un gran encuentro

Empate victorioso

A Jémez le salieron bien los cambios de posición de varios jugadores

Escrito por Domingo, 17 Enero 2016

    El Rayo Vallecano empató en Mestalla (2-2) tras ser superior a un Valencia que tuvo que recurrir a la calidad de sus estrellas para salvar un punto.


    Valencia (2): Ryan, Cancelo, Santos, Mustafi, Negredo (Alcacer, minuto 64) (A), Parejo, Danilo, Rodrigo, Barragán (Bakkali,  minuto 80), André Gomes y Santi Mina (Piatti, minuto 60).

    Rayo Vallecano (2): Juan Carlos, Quini (A), Tito, Zé Castro, Nacho, Llorente (A), Trashorras, Embarba (Lass, minuto 33) (A), Pablo Hernández, Jozabed (Baena, minuto 84) y Miku (Manucho, minuto 68).

    Arbitro: Prieto Iglesias.

    Goles: 0-1. Minuto 15. Jozabed; 1-1. Minuto 54. Negredo; 1-2. Minuto 67. Llorente; 2-2. Minuto 88. Alcacer.


    El Rayo Vallecano ha dejado escapar vivo a un Valencia que, tras lo visto hoy, pasa por ser el peor Valencia desde hace mucho tiempo. Aún así, el Rayo, que hizo su partido y llevó al extremo del infarto a la grada de Mestalla, tuvo que pagar el peaje de la calidad de jugadores como Negredo o Alcácer, que salvaron a los valencianos de un desastre de dimensiones impredecibles.

    Paco Jémez buscó la sorpresa con una pareja de mediocentros que Neville no esperaba (Trashorras-Llorente) y puso en punta a un Miku que volvió a trabajar de lo lindo. Además, con Pablo muy activo en la primera mitad y con Trashorras marcando los tiempos y llevando el ritmo que más le convenía a su equipo, los franjirrojos se hicieron dueños y señores de un duelo en el que fueron mejores que su rival.

    El partido empezó movido para el Rayo, que supo jugar con la presión atmosférica de un Valencia que pagó, en primera persona, las exigencias de un público excepcional en las victorias y tremendamente crítico en las derrotas. Así, con Llorente haciendo un soberbio trabajo en el medio, con Jozabed moviéndose con soltura en la media punta y con dos bandas de altísimo nivel (Embarba, que se lesionó mediada la primera parte, y Pablo), el Rayo empezaría a decidir unilateralmente lo que ocurría en partido.

    Miku estrelló su primer remate en la madera de la portería del australiano Ryan y Mestalla empezó a impacientarse cuando Jozabed, tras otro par de acercamientos peligrosos de los de Vallecas, puso el 0-1 en el marcador, tras otra gran acción ofensiva de todo el equipo. Con Tito y Zé Castro haciendo un ‘trabajazo’ en defensa, Nacho y Quini apoyando atrás y adelante y con Trashorras como jefe de todo, el Rayo siguió desquiciando a la gente de Valencia, que la pagó con su equipo. Los pitos y 'comentarios' hacia los suyos fueron evidentes y el Rayo jugó con esa ansiedad. Miku tuvo cerca el 0-2, pero Ryan respondió bien, y Pablo Hernández también, aunque su intentó acabó en saque de esquina. Los vallecanos merecían más, pero su falta de acierto en los últimos metros condenaba sus opciones.

    La segunda mitad fue un auténtico vaivén de sensaciones. El Valencia salió más enchufado, consciente de que la necesidad y la ansiedad les estaba consumiendo, y se encontró con un golazo de Negredo que no hacía justicia más que a su calidad individual. Con el empate la atmósfera volvió a ser favorable a los de Neville, que no daban crédito a lo que veían sus ojos cuando Diego Llorente volvía a poner por delante a los de Vallecas.

    A partir de ese momento, el Rayo intentó volver a jugar con más pausa, alargando al máximo los tiempos y buscando que la tensión general acabara por consumir las que parecían escasas opciones de un Valencia desquiciado y sin apenas fútbol. Pero, una vez más, la justicia en el fútbol no la reparte nadie sino que se administra sola. Un gol anulado a Alcacer, que había salido en la segunda mitad, y uno posterior a falta de tres minutos para el final, que sirvió para el empate, dejaban al Rayo con la sensación de haber perdido dos puntos ante un Valencia al que tuvieron a merced durante casi noventa minutos.

     

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