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El conjunto franjirrojo goleó (3-0) a un flojo Celta de Vigo

Vendaval Rayo

Los de Jémez gozaron de innumerables ocasiones para haber ampliado su renta

Escrito por Domingo, 24 Enero 2016

    El Rayo Vallecano consiguió una amplia victoria ante el Celta de Vigo (3-0), en un partido marcado por el regreso de la 'plena animación' al Estadio de Vallecas.


    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (3): Juan Carlos, Quini (A), Tito (Dorado, minuto 74) (A), Zé Castro, Nacho, Llorente, Trashorras (A), Jozabed, Pablo Hernández (Jonathan Montiel, minuto 62), Bebé y Miku (Javi Guerra, minuto 67).

    Celta de Vigo (0): Sergio, Hugo Mallo, Goldar (A), Sergio Gómez, Planas (Jonny, minuto 63), Radoja (Pablo Hernández, minuto 45) (A), Borja Fernández, Señé, Drazic (A) (Diop, minuto 65), Beauvue y Bongonda.

    Arbitro: Jaime Latre.

    Goles: 1-0. Minuto 15. Miku; 2-0. Minuto 25. Tito; 3-0. Minuto 36. Jozabed.


    Vallecas vivió esta noche una nueva versión de "Un vendaval llamado Rayo". No estamos hablando de una película, ni de un libro o una obra de teatro, no, estamos hablando de fútbol y no de un fútbol cualquiera, sino de fútbol con mayúsculas. Así escribió el Rayo Vallecano la historia de un 'repaso' en toda regla a uno de los gallitos de la Primera División, un Celta de Vigo venido a menos por sus ansias de grandeza en la Copa del Rey y que dejó una muy pobre impresión a su paso por Vallecas.

    El Rayo, por su parte, quiso desde el primer minuto agradecer el regreso de la animación plena a la grada de su estadio ofreciendo su mejor versión y en una media hora de ensueño apabulló a su rival hasta el extremo de hacer méritos para haber cerrado una goleada mucho más extensa de la que terminaría logrando.

    Sin entrar en más profundidades técnico-tácticas, Jémez ha conseguido revitalizar la figura de varios futbolistas. Poner a Tito de central ofrece una versión de velocidad a la zaga que no tenía con anteriores combinaciones. Además, liberar la banda derecha ha dado confianza a un Quini que parecía no tener sitio en el equipo, dotando además de mayor personalidad a la zona de medios, con la incorporación de Llorente, y a la media punta, con la permanencia de un Jozabed que volvió a marcar para convertirse en el centrocampista que más goles mete en esta liga. Si a todo esto le sumamos que Miku se afianza en ataque, hoy marcó y trabajó hasta la extenuación, y que hoy se vivió el primer atisbo de recuperación del mejor Bebé, todo empieza a cobrar mayor sentido.

    Paco Jémez quiso dar continuidad al trabajo desarrollado en Mestalla y mantuvo a Juan Carlos bajo palos, "apañando" un once que, a la espera de refuerzos, seguro seguirá contando con su confianza en Riazor. Trashorras dirigió al equipo con brutal suficiencia, pese a la idea de Berizzo de presionarle para cortar las vías de circulación de los vallecanos, y Pablo Hernández provocó desajustes con su tendencia a irse al centro, circunstancia que los vigueses no superior digerir provocando un colapso absoluto del que se aprovechó un Rayo totalmente enchufado y desatado.

    La primera media hora de juego fue un monólogo franjirrojo, aderezado en esta ocasión con llegadas, remates y goles, algo que había faltado en otros partidos. El fútbol fluía y los acercamientos al área de Sergio despejaban un camino que Bebé, Llorente y Miku empezaron a marcar a base de remates a puerta (varios de ellos estrellados contra la madera) en los primeros minutos de juego. Tan prometedor arranque no 'despreocupaba' a un serio Paco Jémez, que sabía de la peligrosidad del Celta de Vigo y de la endeblez de su entramado defensivo, una combinación que solo quedaba para la mente del técnico cuando Miku, a los veinte de juego y a pase de Roberto Trashorras, inauguraba el marcador y hacía enloquecer al barrio de Vallecas.

    Con la ventaja en el marcador, el Rayo fue mucho más certero, incisivo y contundente. Tito tranquilizó a casi todos con un buen remate de cabeza que suponía el 2-0 (Minuto 25), mientras Jozabed, de nuevo a pase de Trashorras, hacía el 3-0 también de cabeza, para finiquitar el partido.

    En la segunda mitad el Celta cambió de actitud y tuvo más protagonismo, aunque sin inquietar en ningún momento a Juan Carlos. Por contra, el Rayo seguía haciendo de las suyas y malgastaba ocasiones de gol. Miku, completamente solo ante Sergio, remataba incomprensiblemente desviado cuando toda la grada empezaba a festejar el cuarto que no llegó por la falta de acierto del venezolano, que tampoco lo logró al rematar fuera una excelente acción de ataque de Bebé, con magistral dejada de Pablo Hernández. El Rayo seguía generando peligro y tanto Jozabed, con un remate que pasó junto al palo, como Javi Guerra, que entró en la segunda mitad, tuvieron sendas oportunidades para haber redondeado una goleada que dejó al Rayo reforzado y al Celta con la cabeza puesta de nuevo en el partido de copa ante el Atlético.

    El 'vendaval Rayo' dio un auténtico recital en Vallecas, un campo que esta noche recobró de nuevo su ambiente, su fiesta, su cara, su alegría. Puro espectáculo.

     

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