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Los goles de Miku y Bebé sirvieron para firmar una importante victoria ante un rival directo

Las buenas sensaciones se convierten en buenos resultados

El conjunto de Paco Jémez fue superior al de Setién desde el inicio

Escrito por Sábado, 06 Febrero 2016

    El Rayo Vallecano se deshizo de la U.D. Las Palmas, gracias los tantos de Miku y Bebé, en un partido en el que los vallecanos fueron superiores a un rival que no supo aguantar la presión.

     


    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano: Juan Carlos, Quini, Zé Castro, Llorente (A), Tito, Baena (A) (Dorado, minuto 64), Trashorras, Jozabed, Pablo Hernández (Piti, minuto 61), Bebé y Miku (A) (Javi Guerra, minuto 83).

    UD Las Palmas: Javi Varas, David Simón, Willian José, Momo (Nauzet Alemán, minuto 71), Roque Mesa, Aythami, Bigas, Jonathan Viera (Araujo, minuto 81), Valerón (Wakaso, minuto 60), Castellano (A) y Tana,

    Arbitro: Iglesias Villanueva.

    Goles: 1-0. Minuto 2. Miku; 2-0. Minuto 73. Bebé


    El Rayo Vallecano ya no se limita a hablar de buenas sensaciones, de buenos partidos, de errores puntuales o de ocasiones perdidas. Ahora, las buenas vibraciones transmitidas por el equipo durante gran parte de la temporada, empiezan a traducirse en buenos resultados y ahí es donde gana la apuesta deportiva, la forma de jugar, el toque, el ataque y, a la larga, Paco Jémez. El equipo franjirrojo es ahora un equipo que cuenta sus partidos por buenos resultados y eso, más allá de mantener una misma filosofía de juego, refuerza anímicamente a una plantilla con la calidad suficiente como para derrotar a su propio espejo. Hoy lo hizo con la U.D. Las Palmas, un conjunto que, sobre todo en la primera mitad, se pareció mucho al Rayo de Paco Jémez. Valiente pese a ir perdiendo, sin dar una mala patada ni buscar envíos largos sin sentido, jugando al toque y buscando la calidad de sus centrocampistas para llegar al ataque con garantías. Así juega el equipo de Setién.

    Dicho esto, la realidad del partido fue una muy distinta a la que la pizarra canaria había dibujado en las horas previas al choque. El Rayo se lanzó desde el primer minuto a la presión asfixiante, a la recuperación rápida del balón, a la transición veloz y vertical y al juego preciosista que acostumbra a elevar a jugadores como Jozabed, Trashorras, Pablo Hernández e incluso Bebé, que parece haber despertado de su letargo para sumarse a las fiestas de Vallecas.

    El partido no pudo empezar mejor. El primer acercamiento, tras ruptura por banda de Bebé y disparo que no pudo atajar Varas, finalizó con la llegada de Miku para aprovechar el resbalón de Bigas sobre la línea de gol y anotar el primer gol de la tarde. La resistencia amarilla había durado apenas dos minutos y a partir de ahí todo sería mucho más sencillo. Juan Carlos hacía su trabajo con un par de acertadas intervenciones a remates de jugadores visitantes y Jozabed, uno de los grandes destacados de la tarde, probaba desde medio campo un lanzamiento que se estrelló en el larguero de un sorprendido Varas.

    El Rayo dominaba el ritmo del partido, apretaba en la salida del balón de los grancanarios y asfixiaba su centro del campo para posteriormente generar peligro en zona de ataque. Atrás, con los cambios presentados de inicio por Jémez, el Rayo no sufría. La ausencia de Nacho había obligado a reestructurar nuevamente el equipo y el movimiento de piezas favorecía el regreso de Baena al once inicial. Tito se desplazó al lateral izquierdo, cumpliendo con solvencia, Llorente retrasaba su posición para regresar al centro de la defensa y Baena se incorporaba al once junto a Trashorras. Tanto cambio no supuso ningún desajuste y el Rayo siguió funcionando perfectamente. Su engranaje era casi insuperable. A la presión del punta rápidamente se incorporaban el media punta y los dos centrocampistas que, sumados al extremo, impedían la salida de un equipo totalmente superado por las circunstancias.

    En la segunda mitad, el Rayo siguió siendo mejor, mientras que Las Palmas perdía algo de equilibrio y sufría más de la cuenta. El conjunto vallecano empezó a acumular ocasiones de gol con remates de cabeza o disparos alejados que no encontraban portería por poco. Así, Miku, Llorente, Jozabed o Pablo estuvieron cerca de lograr el 2-0 que anotaría Bebé tras una excepcional acción de ataque iniciada por Jozabed, continuada de tacón por Miku y culminada por el portugués con un buen remate que superaba a Varas. Quedaban veinte minutos y el Rayo finiquitaba definitivamente el duelo.

    Desde ese momento hasta el final un par de destellos de Piti, que jugó la última media hora de encuentro, y la pelea sin fortuna de Javi Guerra, que tuvo el premio de los minutos "de la basura", pusieron el punto y final a un duelo en el que el Rayo reforzó su autoestima, ganando el duelo particular (incluido 'golaverage') a un Las Palmas que tendrá que seguir mejorando para ser candidato a la salvación.

     

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