Ficha técnica:
Athletic (1): Iraizoz, Lekue, Bóveda, Etxeita, De Marcos, Iturraspe, Rico (Beñat, minuto 52), Raúl García (A), Muniain, Susaeta (Aduriz, minuto 52) y Williams (San José, minuto 63).
Rayo Vallecano (0): Juan Carlos, Quini, Crespo, Zé Castro (A), Nacho (A) (Embarba, minuto 63), Baena (A), Trashorras, Pablo Hernández, Bebé, Miku (Manucho, minuto 85) y Javi Guerra.
Arbitro: Gil Manzano
Goles: 1-0. Minuto 60. Williams.
El Rayo viajaba al nuevo San Mamés con la intención de dejar el objetivo de la permanencia a 'tiro de piedra' y, apoyado en el ánimo que le llegó de manera constante desde las gradas del coliseum vasco, planteó un partido incómodo para un Athletic que arrancó pensando en la remontada de la Europa League y que se encontró contra las cuerdas, sin mucho peligro en contra, pero con demasiadas dificultades como para sentirse cómodo pese a su supuesta superioridad.
Jémez jugó con lo que tenía disponible tras las ausencias confirmadas de Tito y Llorente por sanción, con Iturra en casa por decisión técnica y con jugadores como Piti en pleno proceso de recuperación. Así las cosas, y con la baja inesperada del joven Joni Montiel, ausente por el fallecimiento de su padre, el conjunto vallecano volvió a la lógica de las posiciones naturales de Quini y Nacho para los laterales y con la presencia de Zé Castro y Crespo en el centro, tapando cualquier intento de internada de un Williams que suplió a Aduriz y que se perdió en la desesperación general de su equipo.
Los de Valverde perdieron el balón y el sitio y estuvieron a merced del ritmo impuesto por los franjirrojos. El Rayo imponía su juego, presionaba arriba, cerraba las vías de penetración y las posibles opciones de combinación, viviendo con relativa tranquilidad un partido dispuesto para que cualquier botín fuera un logro, principalmente tras lo sucedido en una jornada en la que ninguno de sus perseguidores consiguieron ganar, aliviando los 'problemas' para un equipo que demostró su calidad con el balón y que fue solidario en las acciones de recuperación.
El Athletic, por su parte, intentaba superar la presión visitante por la vía rápida y entró en el juego que esperaba el técnico vallecano. Los envíos largos de Iraizoz no presentaban apenas peligro para una defensa atenta y bien plantada que, además, supo salir con el balón jugado, provocando superioridad en bandas con Pablo y Bebé intentando poner en riesgo las inmediaciones del área de Iraizoz. Pese a todo, las ocasiones más claras serían para los locales, que pidieron penalti en el minuto seis por unas claras manos de Crespo dentro del área no señaladas por el colegiado. Un par de remates lejanos bien atajados por Juan Carlos, que siguió siendo titular (mucho más con la ausencia obligada de Yoel por su expulsión la semana pasada), serían la apuesta de los rojiblancos que veían como Williams se desesperaba y cómo ni Susaeta ni Muniain aparecían, para alivio de los vallecanos. El más 'guerrero' de los vascos sería un Raúl García que se las tendría con un Baena que peleó todos los balones que pasaban por su parcela.
El Rayo, que tuvo más posesión, lo intentó con un doble remate de Javi Guerra, el primero despejado por Iraizoz y el segundo que acabó en un saque de esquina lanzado sin consecuencias, dando paso a una fase del partido en la que el Rayo dominaba y el Athletic buscaba sus opciones sin encontrar la manera de superar el entramado presionante y avanzado de un Rayo valiente y con suficiente empaque como para no sufrir.
En la segunda mitad el Athletic pareció entender que el partido debía ganarse con balones rasos y no elevados y buscó triangular para deshacerse de la asfixiante presión de los vallecanos. Un gol anulado a Miku por posición adelantada hizo pensar a los cientos de vallecanos presentes en San Mamés que la historia podría ser diferente este año, pero tampoco sería así. En los instantes previos a esa jugada, Williams remataba desviado, mientras Juan Carlos realizaba una gran parada a disparo alejado de Raúl García, acciones que servirían de anticipo al duro golpeo de Williams desde la frontal que supondría el 1-0. Juan Carlos lo intentó, pero el remate del delantero bilbaíno pondría al Rayo en una complicada situación.
A raíz del tanto rojiblanco, Jémez sacó del campo a Nacho dando entrada a Embarba, para intensificar más si cabe el dominio de su juego sobre un Athletic que intentó guarecerse en las inmediaciones del área de Iraizoz para mantener una ventaja que por fútbol no merecía. El Rayo, con una espectacular apuesta ofensiva y con mucho riesgo atrás, empezó a coleccionar ocasiones de gol. Embarba llegaba con peligro por una banda y Bebé, algo más apagado, también lo buscaba por el otro costado. Pablo centró su posición y Miku y Javi Guerra alternaron sus opciones goleadoras. En el minuto 71, Miku no pudo rematar a puerta, pero Javi Guerra recogió el balón para obligar a Iraizoz a realizar una gran intervención. Un minuto más tarde, tras un saque de esquina, Miku remataría al larguero un envío para Baena, que se desesperó con el "robo" de su propio compañero.
El Rayo apretaba, dominaba y, por momentos, encerraba en su propia área a un Athletic desfondado y temeroso ante las acometidas de un equipo que no perdió la fe. A falta de seis minutos para el final una nueva llegada por banda derecha sería rematada fuera por Javi Guerra, mientras Manucho, que había entrada en la recta final del choque, desperdiciaba la última ocasión de gol del partido cuando en el minuto 92 remataba de cabeza junto al poste. El Rayo lo había intentado, luchó hasta la extenuación y fue mejor futbolísticamente que un Athletic que supo aprovechar la pegada de Williams para llevarse tres puntos de oro en su lucha europea.
