RAYO 0 - LEGANÉS 1 (2-3)

Rayo Vallecano y Leganés entendían la copa como una competición para dar oportunidades, como una ocasión para que los menos habituales tuvieran también su momento de gloria, su tiempo de competencia. Ambos equipos comparecieron con una  mezcla de titulares y suplentes que hacía entrever que la Copa les interesaba, aunque aparentemente solo a medias.

Míchel no se movió de su habitual 4-1-4-1 pese a contar con Tito y Advíncula en la banda derecha. El peruano sería el extremo, mientras el alcalaíno recuperaba sensaciones en su posición natural. Enfrente, el conjunto pepinero partía con cinco atrás buscando la profundidad de sus bandas para sorprender a un Rayo en el que Alberto volvía a ser el portero titular, tras perder ese privilegio en las últimas jornadas de liga en favor del macedonio Dimitrievski.

Los primeros compases mostraron a un Rayo más profundo y con más control de balón. Un pase interior de Medrán buscando la incorporación de Advíncula sería el primer aviso de un equipo que se sentía cómodo y que no quería sorpresas de inicio, pese a verse favorecido por el 2-2 de la ida.

Los de Pellegrino, que se desesperaba en la banda pidiendo a su equipo que avanzara su posición, buscaban salir con velocidad y sorprender en alguna contra, sabedores de los problemas que arrastra el equipo de Míchel en las transiciones, pero sobre todo en los centros laterales. Con el Rayo manteniendo el ritmo del partido sin problemas se consumió el primer cuarto de hora. El Leganés de momento nadaba y guardaba la ropa, a la espera de su oportunidad, que llegaría pronto.

En el minuto 16 El Zhar ponía por delante al Leganés en el primer disparo sobre puerta. El golpeo del delantero tocaba en Velázquez y el balón se alojaba en la portería de Alberto. Así se abrían las hostilidades de un partido en el que el Rayo había puesto la intención y el Leganés, el gol. Dieciséis minutos y el partido se convertía en un nuevo reto para los vallecanos, que ya estaban obligados a marcar y que dejaban atrás el primer objetivo de portería a cero.

Imbula probó fortuna con un disparo cruzado que se marchó directamente fuera, mientras Bebé obligaba a Lunin a detener un duro golpeo abajo. El Rayo se acercaba con peligro a las inmediaciones del área del Lega, que seguía cómodamente instalado en su cueva defensiva, mucho más con el marcador a favor. Con la insistencia rayista llegaría la primera gran ocasión del partido para abrir el marcador local. Un penalti cometido sobre Tito sería lanzado por Bebé y detenido por Lunin. Los vallecanos dejaban escapar la oportunidad de igualar el choque y de volver a ponerse por delante en el marcador global de la eliminatoria.

Tras varios minutos de juego insulso pudo recomponer las cosas Alex Alegría tras un control de Pozo que se le quedó franco al delantero para fusilar a Lunin. El portero visitante estuvo rápido y tapó la acción de remate del delantero vallecano frustrando, la que sería la última ocasión de una primera mitad en la que el Rayo puso el fútbol y las intenciones y el Leganés el gol que daba la vuelta a una igualadísima eliminatoria.

La segunda mitad arrancó con el Rayo metiendo una marcha más a su juego y con Medrán rematando con intención un balón que cayó en la frontal del área. El Leganés no tenía prisa, el Rayo todo lo contrario. La clave estaba en no confundir la necesidad y la prisa con la precipitación y el agobio ofensivo.

Míchel decidió no esperar más de un cuarto de hora para mover la coctelera dando entrada a De Tomás y Alvaro en lugar de Pozo y Bebé. Mientras se preparaba el cambio, Sabin Merino estuvo a punto de reventar el encuentro con un remate al que respondió Alberto con un paradón que mantenía vivo al Rayo.

Imbula probó con un disparo desde cuarenta metros que se marchaba alto y el Rayo seguía intentando levantar un partido que estaba a falta de un gol para volver a meter a los vallecanos en octavos de final.

A falta de veinte minutos el Leganés se dio cuenta de que los espacios cada vez eran más evidentes y que una contra mataba definitivamente el espíritu del Rayo. Siguió aplicándose en defensa y buscó ese ataque que demoliese las aspiraciones de los vallecanos que, con un centro de Tito que se envenenó tras tocar en un rival, estrellaron un balón en el larguero para, a renglón seguido, pedir con vehemencia penalti por agarrón sobre Alex Alegría.

El partido y la eliminatoria se movían en el alambre y De Tomás pudo decantarla con un golpeo duro y bien dirigido que se perdió a la derecha de Lunin. El Rayo seguía insistiendo, seguía jugando más y mejor que el Lega, pero continuaba por debajo por su falta de puntería.

En el tramo final Míchel descompuso totalmente al equipo en busca de la heróica y mandó a Velázquez a acomopañar a De Tomás y Alegría en punta, con Alvaro y Advícula sumados también al ataque. El Rayo atacaba con todo y defendía con casi nada, mientras preparaba su última bala, el delantero del filial Sergio Moreno, que entró en sustitución de Tito.

El Rayo lo siguió intentando hasta el final, con varios saques de esquina y remates sin acierto, acabando por ceder el partido y la eliminatoria a manos de un Leganés que pasa a octavos con lo mínimo.