RAYO VALLECANO 1 - R. BETIS 1

El Rayo necesitaba la victoria para creer con firmeza en el milagro de Jémez, para reencontrarse con la victoria muchas semanas después. No le bastaba con un cambio de imagen, con una mayor intensidad, tenía que ganar por lo civil o por lo criminal, pero no lo consiguió. El nuevo Rayo cambió de dibujo táctico y lo hizo con varias caras nuevas. Volvió a la defensa de cuatro atrás, con Tito como lateral derecho en lugar del internacional peruano Advíncula, con menor rodaje de entrenamientos con el nuevo técnico. En la sala de máquinas se apoyó en Mario Suárez, Medrán y Pozo, abriendo las bandas para Alvaro y Bebé, y confiando plenamente en el remate y el acierto de Raúl de Tomás.

Además del dibujo táctico, con Kakuta, Embarba o Trejo esperando turno en el banquillo, el Rayo ofreció una nueva versión de empuje, trabajo colectivo, presión alta y compromiso que sirvió para complicar por completo la vida a un Betis que quizá llegó a Vallecas creyendo que este Rayo era 'pan comido' y que se llevó una desagradable sorpresa al ver a un equipo trabajador, intenso y con mucha llegada.

La primera mitad de los franjirrojos no pudo ser mejor. Le quitó protagonismo con balón a los de Quique Setién, recuperó muchos balones con su 'coche escoba Mario Suárez', tiró de explosividad por banda y generó mucho peligro. Acertó Raúl de Tomás, pero también pudieron hacerlo en varias ocasiones más en las que o no encontraron portería o sus remates no fueron todo lo contundente que necesitaba el partido. Aun así, el gol de RDT tras una gran acción por banda izquierda rematada por el ariete para adelantar a los suyos, premiaba el mejor fútbol y la mejor actitud de un Rayo muy superior. El Betis se perdía por el centro y no encontraba los costados. El fútbol de toque y precisión verdiblanco quedaba minimizado al máximo ante la presión asfixiante de los franjirrojos, que siguieron apretando hasta el final.

La continuación no parecía variar el rumbo de un partido en el que el Rayo seguía mordiendo y la grada se venía arriba con cada saque de esquina, con cada balón ganado por coraje, con cada ocasión generada. Y fueron varias. Raúl de Tomás pudo sentenciar con un remate que buscaba el palo y que se perdió directamente fuera para desesperación de todos. También lo tuvo Alvaro, y Bebé. El Rayo seguía siendo mejor que su rival, que no encontraba a Canales y que tampoco veía a Lo Celso y que seguía perdiéndose por el centro. El gran partido del Rayo tenía que encontrar un segundo gol que negase las opciones de un Betis que lo intentó con la entrada de Sergio León y Loren y que, casi sin ocasiones de gol, se encontró con el empate gracias a un tanto anotado por Tello a falta de nueve para el final y para desesperación de Vallecas. El Betis se encontraba con un punto inmerecido que devolvía a los franjirrojos a su realidad, a su cruda realidad. Los intentos finales de los de Jémez serían infructuosos y más resultado de la desesperación y del arreón de coraje de los jugadores, que de una realidad que hiciera creer en que el partido pudiera volver a la victoria local.

El Rayo - Betis acabó en empate y lo hizo con el buen sabor de boca de la imagen del equipo, que más no puede hacer, pero con una nueva decepción en cuanto al resultado. Eso sí, viendo la botella medio llena, al menos la salvación está un punto más cerca.