Paco Jémez compareció en rueda de prensa a la conclusión del entrenamiento vespertino del Rayo. El técnico no quiso pensar mucho en el pasado (Eibar) y en cambio se centró mucho más en el futuro (Valencia). "No tenemos tiempo para andar lamentándonos de las oportunidades desaprovechadas y creo que sería un gran error estar pensando en Eibar. Tenemos que pensar en el Valencia. La sensación que alguien pueda tener después del partido dura lo que dura. Sabíamos que de los partidos que nos quedaban algunos íbamos a perder. Nada de lo que nos pase en estos partidos debe hacernos daño. Espero que para mañana todos estemos en un buen estado de forma, porque el Valencia nos va a exigir mucho", añadiendo sobre la actual situación del equipo que "partido que pase y no seamos capaces de recortar puntos, la ventaja no es para nosotros, sino para los que van por delante. Estamos peor que hace dos semanas. Tiempo que pasa y los de arriba nos mantienen la distancia, es tiempo que va en nuestra contra. Los empates a otros les valen y a nosotros no. Si no recortamos distancias, se nos irán acabando las balas que tenemos en el cargador". También habló del cambio de mentalidad que debe tener el equipo cuando se pone en ventaja en el marcador, porque "este equipo tiene todavía grabado a fuego que cuando consigue algo tiende a echarse atrás, a conservarlo. Cuando estás en una situación tan mala como nosotros y de repente te ves con tres puntos, tiendes a irte un poco atrás. La idea después de ponerte por delante es ir a buscar el segundo, no guardar el primero".
El Rayo no podrá contar con Jordi Amat, que cierra ciclo de amonestaciones, algo que no preocupa en exceso al técnico. "Tengo que dejar de vez en cuando hasta tres centrales fuera y creo que hay mucha igualdad ahí. Va a salir otro y si lo hace bien y se merece seguir pues seguirá".
Sobre el papel que jugará la afición de Vallecas, Jémez comentaba que "no tenemos que convencer a la afición de nada, porque son los que más convencidos están. Si alguien cree en algo es la afición del Rayo Vallecano y no tenemos que hacer llamamientos a la afición, porque ellos estarán ahí".
Por último, y en relación a la polémica surgida con Marcelino cuando entrenaba al Villarreal y se consumó el descenso del Rayo a Segunda División, el técnico franjirrojo no quiso avivar el fuego. "Cuando no tienes ninguna prueba que te permita sentarte aquí y acusar a nadie, yo soy muy cauto. El fútbol pone a cada uno en su sitio. No voy a valorar ahora lo que pasó en el 2016. Nosotros bajamos y no le he echado la culpa a nadie, el máximo responsable de aquel descenso fui yo", afirmó.
